Todo comienza siete años atrás con la iniciativa de Mia Mirassou y Jim Micheletti, fundadores del club de lectua "Ejercicio en la empatía" donde estudiantes de la escuela de Palma en Salinas, California, intercambiaban pareceres con presos de la cárcel estatal de Soledad. Micheletti le contó a la CBS como los alumnos entraban asustados, pero salían con una nueva perspectiva sobre los hombres encarcelados "Entraban pensando que se encontrarían monstruos y salían pensando lo humanos que eran".
Jason Bryant, ex prisionero de Soledad, participaba en el club de lectura comentó como las charlas con los alumnos iban más allá de las teorías y los personajes de los libros, para él fue una experiencia refrescante el haber compartido espacio con gente tan joven y que estos los tratasen como iguales. Bryant fue condenado a 26 años de cárcel cuando él tenía 20, por un robo que acabó en tiroteo con víctimas, durante sus años de prisión en todo momento buscó la forma de ser de ayuda y mientras participaba en el club de lectura e inspirado por uno de los libros, decide junto su codemandado "sacrificarse", así como decía el libro, por un joven en necesidad de aportación económica.
El salario base de un encarcelado en el estado de California es de ocho céntimos la hora, un dolar si trabajan en industria, de este modo tendían una media de $100 a final de mes. Casi 800 presos se involucraron en el proyecto y después de tres años consiguieron $32,000 para financiar una beca. Micheletti y Mirassou después de ver hasta donde había llegado la iniciativa, sabían a quien exactamente otorgar esa beca, Sy Green era un estudiante de bachillerato cuyos padres habían sufrido de problemas grandes de salud y la pérdida consecutiva de sus trabajos, Green no se creía que gente que nunca había visto lo quisiese ayudar a él. Hoy tiene 19 años y ha comenzado la universidad después de graduarse de la escuela de Palma el pasado año, este ha hablado de que les debe una, "han puesto todo su trabajo y esfuerzo en mi, tengo que honrarles y mantener el legado".
Después de 20 años de cárcel Bryant ha conseguido su libertad y sigue haciendo de mentor para jóvenes como Green, es el director de una asociación que trata de reducir el índice de reincidentes y ha aprendido con su experiencia en prisión que una vida comprometida es una vida con valor.