viernes. 29.03.2024

Uno de los frentes más encarnizados en la lucha contra el coronavirus es el de conseguirmaterial sanitario para proteger a los ciudadanos, una tarea que está resultando muy complicada en España incluso para el Gobierno. Pero no sólo resulta difícil en estos tiempos conseguir mascarillas, gafas, batas, equipos de protección individul, etc. sino tambiéntransportarlos desde la "lejana China" donde son producidos.

Según informa La Opinión de Zamora, Ocho pilotos de aviación han querido contribuir a esta trascendental tarea humanitaria prestándose voluntarios para llevar un airbus desde Madrid hasta Shanghai sin escalas, un vuelo de más de10.000 kilómetros que no está permitido en la avición comercial pero que ellos no han dudado en asumir para hacer llegar a nuestro país, ya por tres veces, un cargamento de unos 20.000 kilos.

La iniciativa de este corredor aéreo sanitario nació de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), en colaboración con Iberia, que aporta los aviones, y con el Grupo Oesía que se encarga de la logística, y se concretó en un puente aéreo con tres vuelos semanales que se realizan sin pasaje -tan sólo tripulados por los pilotos- que transportan a España unas 20 toneladas de material que se adquiere en China para distribuirlo luego a los centros sanitarios españoles.

Se trata de un vuelo muy especial de unas trece horas de duración con un recorrido que parte de Madrid para "subir" hasta los paises escandinavos y continuar por Rusia, Siberia, Mongolia, hasta Shanghai, un periplo "con unos paisajes hermosísimos" según reconoce Manuel Santos, uno de los pilotos que se presentan de forma voluntaria a esta colaboración solidaria. "Llegas al destino y no te dejan bajar, ellos montan la carga y regresas de nuevo a España", añade el piloto madrileño.

"Resulta bastante pesado porque allí se hacen solo cuatro horas de escala para cargar el material, realizar los trámites aduaneros, revisar el avión... Servicios sanitarios chinos suben y nos miden la temperatura a todos". El transporte hasta el momento es de unas 20 toneladas pero se están preparando los aviones para cargar algo más, aunque el problema no es tanto de peso como de espacio para transportar unos tres millones de mascarillas, epis, tests de pruebas, un material que "pesa poco pero abulta mucho", añade Manuel Santos.

Shanghai se ha convertido en el centro neurálgico de distribución a todo el mundo de estas mercancías y de hecho, al lado del avión de Iberia se encontraba otro de una compañía china que también tenía como destino Madrid con material adquirido por el Estado Español. Cada día, sólo con destino a España, parten de este aeropuerto chino entre cuatro o cinco vuelos.

Llegan también estos días aviones cargueros de Airbus e incluso del Ejército Español, como es sabido. Iberia cuenta con una línea regular a Shanghai, lo que supone una gran ventaja para las expediciones de la Fenin que se han realizado hasta el momento con este fin solidario y se espera que en la próxima semana se ordenen otras tantas.

Los ocho pilotos que tripulan el avión de Iberia han sido seleccionados entre los cientos que se han presentado voluntarios: "Esta es mi vocación. Llevo muchísimos años en esto. Tengo 59 y llevo volando más de treinta. Es mi profesión, mi manera de vivir y si puedo ayudar en algo, lo hago. Desde casa también ayudas, pero te sabe a poco. Y en cuanto me han dado la oportunidad, y mis compañeros, me consta que también, nos hemos presentado voluntarios. Yo tuve la suerte de ser elegido para ir en uno de estos vuelos". Manuel Santos destaca también la dureza de esta expedición porque "son treinta horas sin bajarte del avión. Madrid-Shanghai, cuatro horas allí para cargar, y vuelta".

Es un recorrido tan largo que no está permitido en vuelos comerciales a los que se les exige realizar escalas, pero al tratarse de una acción extraordinaria, se establece que la tripulación la formen ocho pilotos para realizar relevos y que siempre estén frescos los que van al mando:

"Es una cosa curiosísima volar ahora, porque vas con un avión vacío y sin pasajeros, no habla nadie por la radio, es una sensación muy extraña. Después de aterrizar, tan sólo nos permiten pisar tierra a uno para realizar la inspección de seguridad, para comprobar que todo está bien. Pero solo a ese y vigilado de lejos por unos que no te dejan ir a ningún sitio. Tenemos ese handicap y ahora son los chinos los que no nos dejan entrar por cuestiones sanitarias", recoge Manuel López-Sueiras en La Opinión de Zamora.

Ocho pilotos solidarios hacen posible la llegada a España sin escalas de 20.000 kilos...