viernes. 29.03.2024

Ainsley Walker y Molly Walker, de 10 y 8 años respectivamente, forjaron mucho más su amistad durante la pandemia, ya que, les hizo quedarse en casa. "Así que teníamos todo el tiempo del mundo para hacer lo que quisiéramos en nuestra casa", dijo Ainsley.

Las dos familias vecinas Walker, sin ningún parentesco, han formado una "burbuja" de cuarentena, permitiéndose socializar entre sí. Así es como sus hijas comenzaron hornear para todo el mundo, aunque al principio, sólo estaban horneando para sus familias.

 "Decidimos que queríamos hacer una panadería y compartirlo con mucha gente", argumentó Molly.

Las niñas comenzaron a hornear pasteles y galletas en sus casas para vender y entregar a los vecinos de Lakewood en su código postal 75214. Pero decidieron donar los beneficios a Feed the Front Line, que prepara comidas gratuitas a los trabajadores de primera línea en la pandemia.

"Es como un 2 en 1. Podemos ayudar a nuestros restaurantes locales a obtener dinero para seguir adelante con sus negocios, y luego también ayudar a nuestros trabajadores de los hospitales, que no pueden salir porque están tratando a la gente con COVID-19", explicó Ainsley.

Las madres de ambas creen que están aprendiendo una buena lección y que de ellas el resto aprende también, "Creo que están aprendiendo que su comunidad es mucho más que ellos mismos y su familia y amigos", dijo la madre de Molly, Erin Walker. "Creo que esta pandemia ha hecho eso por ellos".

En tan solo una semana las chicas han conseguido donar a Feed the Front Line más de 200 dólares. "Es realmente gratificante hacerlo", indicó Molly, a lo que añadió Ainsley, "no es sólo un pedazo de pastel. Tienes que trabajar duro y tener un gran compromiso".

Dos niñas de 8 y 10 años cocinan pasteles para donar los beneficios a los más necesitados