Sergio tiene una discapacidad del 86%. Para él poder salir es como una medicina. Este martes se ha parado un coche de la Policía. Su acompañante esperaba que les pidiera un informe médico que justificase su salida. Pero no...
El policía les ha preguntado que si todo iba bien. Que si podían hacer algo ellos. Que había casos de padres que no podían sacar a sus hijos sin que les increpasen.
Que si tenían algún problema que les llamásemos y les dijésemos quién era el intolerante que se metía en la vida de los demás sin preguntarse el porqué.
Y antes de marcharse han dicho que si podían hacer algo por Sergio y le han puesto las luces del coche.
En estos días tan grises estos dos policías han conseguido que se sintiese más protegido que nunca. Le ha dado las gracias pero cuando se han marchado se ha puesto a llorar como un tonto.
Ha sido frente a la comisaría de Pozuelo, a las 8 de la tarde, en Madrid. Cuando se oían los ecos de los aplausos a lo lejos.
