jueves. 18.04.2024

¿AUMENTARÁ EL NÚMERO DE DIVORCIOS TRAS EL CONFINAMIENTO?

Aproximadamente el 30% de los 100.000 divorcios que se producen en España al año ocurren en el mes de septiembre, que es el mes posterior al periodo en el que la mayoría de las personas se toman las vacaciones.

La explicación parece encontrarse en que durante el resto del año el día a día, el trabajo, la atención de los hijos, las tareas domésticas; hacen que los problemas latentes que puedan existir en la pareja queden en un segundo plano; y, por otra parte, las pocas horas en las que realmente se convive disminuye la posibilidad de que surjan roces. 

Sin embargo, con la llegada del descanso la convivencia en la pareja se hace mucho más intensa. Los hijos, que hasta ese momento estaban en el colegio por la mañana y en clases extra escolares o haciendo tareas por la tarde, ahora pasan mucho más tiempo en casa; lo que obliga a los padres redoblar esfuerzos para atenderlos. En definitiva, lo que durante el resto del año estaba estructurado y tenía su momento y su lugar, en vacaciones se vuelve algo más anárquico y descontrolado. Todo ello puede generar situaciones de estrés que hagan aflorar conflictos subyacentes no resueltos en la pareja o, simplemente, que al pasar más tiempo juntos, uno, o ambos, descubra que ya “no conoce” a la persona con la que un día decidió compartir el resto de la vida.

Ahora las parejas, los matrimonios, llevan ya 45 días de convivencia “obligada” desde que se estableció el estado de alarma; y la pregunta que surge es si se producirá un aumento de las rupturas como viene ocurriendo tras los periodos vacacionales. A mi modo de ver es muy posible que se incrementen el número de divorcios. Veamos.

1º.- CUANDO LAS BARBAS DE TU VECINO VEAS CORTAR…

En las zonas de China más afectadas por el Covid-19 se ha producido un notable aumento de los divorcios tras el periodo de confinamiento, por lo que no sería ilógico pensar que tal situación pudiera ser extrapolable a España. 

2º.- MÁS PRESIÓN EN LA CALDERA.-

El confinamiento por el que estamos pasando va mucho más allá de la convivencia en pareja durante las vacaciones. En dicho periodo la libertad de movimientos no está, ni mucho menos, tan restringida como lo está en estos momentos, en los que apenas se puede salir de casa. Ahora, de repente, se nos ha expulsado de todos nuestros ámbitos sociales y nos encontramos recluidos en nuestras casas sin disponer prácticamente de ninguna válvula de escape. Además, los hijos también están en el domicilio, lo que ha de compatibilizarse con el teletrabajo en muchos casos.

Si a todo ello le unimos que el confinamiento se prolonga ya durante cuarenta y cinco días, cuando la duración media de un periodo de vacaciones está entre los 10 y 20 días, nos hace suponer que el número de rupturas tras el confinamiento sean superiores al incremento que de las mismas se da tras el periodo de las vacaciones estivales. 

3º.- CUANDO LA POBREZA ENTRA POR LA PUERTA EL AMOR SALTA POR LA VENTANA.-

Otro motivo de tensión en la pareja puede ser el de una mala situación de la economía familiar, que en muchas ocasiones, por si sola, es suficiente para provocar la ruptura de la misma. La declaración del estado de alarma ha ocasionado, casi de forma simultánea al inicio del confinamiento, un serio revés a los ingresos familiares; y, desgraciadamente, todo apunta a que esto solo es la punta del iceberg, previéndose que lo más duro de la crisis económica que ya tenemos encima está por llegar.

No obstante, tal argumento hay que ponerlo en cuarentena la vista del siguiente gráfico:

Fuente INE.

    Como se puede observar en el mismo, a partir del año 2007, año en el que comenzó la anterior crisis económica, el número de divorcios descendió de manera muy significativa, lo que se ha atribuido a que una separación supone una serie de gastos (disponer de otra vivienda para el cónyuge que ha de salir del domicilio conyugal, nueva contratación de suministros…) muy difíciles de asumir en periodos de vacas flacas, de lo que podría desprenderse que frente a tales perspectivas la gente se lo piense dos veces antes de dar el paso. 

Aun así, si atendemos al detalle, podemos comprobar en el gráfico como el descenso en los divorcios ya sufre una caída muy señalada durante el año 2006, cuando aún estábamos en la cresta de la ola de la bonanza económica por la burbuja del ladrillo. Incluso en el año 2007, cuando todavía no se hacían notar en España los efectos de la crisis que ya había estallado en EE.UU, también se produjo una bajada en las rupturas de parejas. Además, en el año 2018, en el que la economía nacional ya se encontraba en mucha mejor situación, de nuevo se produce un descenso en dicha ratio de separaciones, lo que me hace pensar que quizás no exista una verdadera correlación, o al menos no tan clara, entre un menor número de divorcios con la existencia de una situación de crisis económica.      

4º.- DIVORCIO EXPRES.- Por otra parte, en el año 2015 se produjo una modificación legal que rebajaba los requisitos para obtener el divorcio sin pasar previamente por un procedimiento de separación legal, lo que se vino a conocer como “divorcio expres”.

 Conclusión. Hay factores muy importantes que apuntan a que tras este periodo de clausura se puede producir un significativo repunte de las rupturas de parejas. 

Sea así o no, desde un punto de vista profesional, llegado el caso, siempre aconsejamos que se intente alcanzar un acuerdo que regule la consecuencias de la separación o el divorcio, especialmente en aquellos casos de parejas con hijos, que siempre deben quedar al margen de las desencuentros que puedan surgir entre sus progenitores, quienes deben renunciar en todo caso a utilizar a los hijos como moneda de cambio o como arma arrojadiza en una disputa en la que los menores son inocentes.

Manuel García Orellana, abogado en Odesa Abogados.

Divorcios y desconfinamiento, por el abogado cordobés Manuel García Orellana