Poco consuelo, por no decir ninguno, tiene Ana Obregón ahora mismo. La muerte de su hijo, Álex Lequio, a los 27 años, tras tres años padeciendo cáncer es realmente un golpe durísimo para ella. "Se me apagó mi vida", han sido sus primeras palabras, rota de dolor. Y muchos de sus amistades y compañeros de profesión, como Ramón García, han querido enviarle un mensaje de apoyo para intentar paliar su mal trago vital.
Hasta los "enemigos" en estos casos pierden el antagonismo para ponerse en el lugar del contrario y aliviar su pena. Es el caso de Antonia Dell´Atte, quien ha sido reconocida rival de la actriz y presentadora madrileña desde poco después del año 1991.
Hasta entonces, la modelo italiana y su marido, el Conde Lequio, habían hecho su vida en el país transalpino, pero por motivos profesionales se hubieron de trasladar a España, donde poco después él se separaría para empezar una relación con Ana Obregón.
Con el paso de los años, esa enemistad pasó a ser indiferencia hasta que poco a poco, los reproches mutuos fueron cesando hasta una suerte de reconciliación (más o menos) entre los fogones de Mastercherf Celebritry en su última edición que dejaba constancia de que ya todo es agua pasada.
Pero ahora, la presentadora de 60 años sabe que su antigua rival necesita cualquier hombro para llorar y no ha dudado en mandarle un mensaje de apoyo a través de su Instagram, donde tiene 35.000 seguidores, aunque muy a la manera de la diva.
"13 mayo... Madre, Virgen de Fátima. Madre de todas las Madres, acoge en tus brazos a Álex, hermano de mi hijo Clemente", comienza diciendo sobre el joven empresario, al que recuerda como hermano por parte de padre de su único hijo, Clemente Lorenzo Lequio, de 32 años.
"Y no nos abandones, sobre todo a su madre Ana y su padre Alessandro. Como plomo es el cielo ahora, cuánto dolor y cuántas penas y sufrimientos. Dios no te abandonará nunca y te protegerá allí donde estarás. Descansa en Paz, bellissimo Alex", escribe Dell'Atte junto a un vídeo en el que se van sucediendo varias imágenes de vírgenes, santos y ella misma mientras suena la canción La sombra de la luz, de Franco Battiato, que el propio autor versionó al castellano.
