jueves. 25.04.2024

Abandonada en una cesta en un campus universitario en la India cuando era bebé, Meena Kumar sabe lo que es necesitar un poco de amor. Es por eso que se siente atraída por los cachorros que a menudo pasan por alto: perros mayores que viven toda su vida en refugios de animales.

Acurrucarse con los perros más ancianos se convirtió en su pasión, y esa dedicación está ayudando a brindar segundas oportunidades a docenas de perros, incluso después de que le dijeran que era demasiado joven para ser voluntaria.

"Más personas deberían adoptar perros mayores", comentaba a la CNN. "Te dan el mismo amor incondicional que cualquier otro perro".

El cariño de la niña de 14 años por los caninos comenzó cuando era muy pequeña. Pasó un año en un orfanato indio, antes de ser adoptada por una pareja en Mumbai. Cuando tenía dos años, pasaba horas cuidando cachorros recién nacidos en el apartamento de su familia.

“A mis padres les preocupaba cómo hacer que me divirtiera en un lugar tan pequeño”, explica la joven. "Afortunadamente, un perro había puesto una camada de cachorros y todos los días solía pasar horas observándolos y jugando con ellos".

La dedicación perruna de Kumar continuó cuando la llevaron a San José, California, donde insistió en que la familia realizara visitas regulares a la Sociedad Protectora de Animales. Cuando tenía ocho años, adoptaron a Bambie, un perro de raza mixta que pasó horas entrenando para hacer trucos.

Hace dos años, mientras paseaba a Bambie, conoció a una vecina que había adoptado a través de Muttville Senior Dog Rescue. Esta le contó a Kumar sobre la operación de rescate de la organización sin fines de lucro que les daba a los perros mayores una "segunda oportunidad en la vida". La organización rescata alrededor de 1,000 perros por año y se ejecuta principalmente con ayuda de voluntarios.

"Sé cómo que se siente quedarse de lado", pensó Kumar. “Los perros pueden ser mayores, pero son amables y listos. Son las criaturas más leales".

La joven disfrutaba visitando a los perros ancianos en el refugio, pero en ese momento Kumar tenía 12 años y era demasiado joven para poder ser voluntaria en la organización.

Pero su entusiasmo no dejó que las reglas la detuvieran. En su lugar, decidió recaudar dinero para los perros porque “nunca eres demasiado joven para iniciar un negocio”, comentaba con una sonrisa.

Así, lanzó un negocio de cuidado de mascotas llamado Pet Fairy Services que desde ese momento prosperó. Con tarifas de 30 euros por día, Kumar recaudó aproximadamente 6.000 euros en dos años y donó esa cantidad al refugio de adopción de mascotas Muttville.  

Aunque la pandemia de coronavirus ha ralentizado las cosas para muchas organizaciones sin fines de lucro, la popularidad de la crianza y adopción de perros se ha disparado.

"Se siente genial saber que he salvado la vida de muchos perros y les he dado otra oportunidad de disfrutar la vida durante sus últimos años de vida", terminó explicando la joven, "Siento que todos los perros deberían tener un hogar para siempre, como lo tuve yo".

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