jueves. 28.03.2024

A finales de marzo, en los campamentos de refugiados de Tinduf, niños saharauis grabaron varios vídeos de apoyo a sus amigos españoles, confinados por el Covid-19.

Días después, estos niños, que soñaban con unas vacaciones en paz, supieron que este verano no podrán venir a España. El programa de acogida, en el que participan las autoridades saharauis y las asociaciones solidarias españolas, se ha cancelado a causa de la pandemia.

Es una decisión responsable, pero no fácil. Así lo ha reconocido, el delegado del Frente Polisario en España, Abdulah Arabi, ya que “afecta a un proyecto vital para la parte más vulnerable de nuestro pueblo, que son las niñas y los niños”.

Aunque en los campamentos de refugiados, situados en la hamada argelina, uno de los lugares más duros del Sáhara, no se ha detectado, de momento, ningún caso de COVID-19, para estos niños y sus familias saharauis este viaje supone, en este momento, un gran riesgo.

Ana Garrido, responsable de este programa en la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS), reconoce que, en este momento, no existen las condiciones adecuadas para estas vacaciones, ya que “uno de los objetivos del programa es garantizar la salud e los niños y niñas participantes y, desde luego, esto no se podía asegurar”.

Brahim está triste. "Yo iba a España este año, pero este bicho no me deja", dice. El "bicho", el coronavirus, le recluye, este verano, en su jaima. Brahim, que ya se veía con su otra familia, en la playa y de fiesta, es uno de los 4.000 niños saharauis que esperaba con impaciencia estas vacaciones.

Es una oportunidad, no sólo para salir de los campamentos, sino también para hacer nuevos amigos, para disfrutar, para aprender. Y también, como en el caso de Brahim, de recibir ayuda y tratamientos médicos difíciles de prestar en los campamentos.

Es la primera vez que, por razones sanitarias, se suspenden las “Vacaciones en Paz”, un programa que se inició en 1979 y que, desde entonces, ha unido a miles de niños saharauis y familias españolas. En estos 41 años, solo ha habido otra cancelación. Fue en 1998, el año de las esperanzas frustradas. Estaba previsto el referéndum de autodeterminación del Sáhara Occidental, bajo los auspicios de la ONU. Pero no hubo referéndum. Ni tampoco vacaciones, ya que se habían cancelado por la esperada consulta.

Ahora, esta suspensión ha dejado un regusto de frustración tanto en las asociaciones solidarias con el Sáhara. En Baleares, según Catalina Roselló, presidenta de la Associació Amics del Poble Saharauí de les Illes Balears, esperaban a 95 niños que pasarían el verano con familias de las islas, muchas repetidoras y para otras, su primera experiencia de acogida. En la asociación, entienden, dadas las circunstancias de pandemia, la cancelación del programa, pero no dan por terminado su trabajo. Ya han empezado, indica Catalina Roselló, a pensar en el próximo año, a fin de que “nuestros pequeños embajadores y embajadoras del pueblo saharaui podrán disfrutar de unas vacaciones solidarias”.

También entienden la decisión las familias que esperaban este año a los pequeños saharauis, algunos repetidores, otros primerizos. Para todos es una experiencia difícil de olvidar. En casa de Erena, no esperaban a ningún niño saharaui este año, aunque les hubiese gustado. Los dos últimos veranos, su huésped fue Brahim. Cuando llegó por primera vez, tenía anginas, no hablaba español. Erena reconoce que los primeros días fueron difíciles, pero pronto cambió. Brahim mejoró e hizo muy buenas migas con su hijo, que era más pequeño. Aprendió español, a nadar… Todos disfrutaron mucho los dos veranos que pasaron juntos.

Según Erena, es una experiencia, quizás difícil al principio, pero buena para todos, ya que “ellos sacan y tú sacas también un montón. La convivencia es tan intensa que, al final, estableces mucho vínculo a nivel afecto, y creo que es también muy positivo, con gente que no es de tu entorno familiar. Y que te da una capacidad luego de moverte, de poder viajar y de hacer cosas. Yo creo que, cuando haces cosas de pequeño creas unas herramientas y adquieres unas estrategias que te sirven luego también”.

Aunque las autoridades saharauis y las asociaciones están preparando en los campamentos un programa alternativo de actividades infantiles, este verano también será muy especial y duro en la hamada argelina de Tinduf, donde están refugiados miles de saharauis.

Según Jadiyetu El Mohtar, subdelegada del Frente Polisario para la Comunidad de Madrid, esta pandemia agrava el confinamiento y la situación de emergencia que, desde hace 45 años, sufre el pueblo saharaui, tanto en la hamada como en los territorios ocupados. En los campamentos, indica, no se han registrado, de momento, casos de COVID-19, pero ya se han tomado medidas como “confinar a la población en sus viviendas, en este caso en sus jaimas, además de llevar a cabo una campaña de sensibilización a la población y las campañas de prevención para que no haya contagios, puesto que no hay medios para enfrentar este tipo de pandemias. También se está intentando encontrar lugares para poder aislar a las personas que posiblemente puedan contraer la enfermedad”.

La subdelegada del Frente Polisario subraya que “de por sí nuestra situación es de emergencia; necesitamos de la ayuda humanitaria para sobrevivir, para llevar a cabo nuestros proyectos”. Y la pandemia ya se hace sentir en el recorte de la cooperación, de ayudas humanitarias que garantizan la llegada de alimentos y medicamentos. También se han suspendido la llegada de comisiones médicas solidarias a los hospitales de los campamentos, donde se hace difícil atender casos urgentes y graves.

Al otro lado del muro que divide el Sáhara Occidental, los saharauis conocen también el confinamiento. Por ello, el conocido como el “Mandela saharaui”, Sidi Mohamed Dadach, ‘desaparecido’ durante 25 años en las cárceles marroquíes, ha expresado en las redes su solidaridad con los pueblos español e italiano.

En el Sáhara ocupado por Marruecos, ya se han registrado algunos casos de coronavirus. Según el periodista saharaui, Ettanji Ahmed, “hay cuatro casos confirmados, que dieron positivo. Y, además de eso, hay una inquietud muy grande debido a la falta de material hospitalario, y el sistema de salud aquí no está muy bien preparado para esta pandemia”. Otro motivo de preocupación, son los presos políticos saharauis, explica, que sufren una situación deplorable y, por ello, se ha emprendido una campaña para exigir su liberación. Ettanji Ahmed subraya que “son víctimas de torturas, malos tratos y negligencia médica”.

A uno y otro lado del muro, el gran deseo es que acaben esta pandemia, los confinamientos, las barreras. Qué para todos sean vacaciones en paz. Ojalá. Insha’Allah.

#NoSonBuenasNoticias Los niños saharauis no podrán pasar sus vacaciones en España por...