La situación actual en los embalses de España es límite. Las escasas precipitaciones, añadidas a la demanda de agua por la sequía, hacen que el contexto no sea fácil.
Se trata del verano más seco en los últimos 17 años, ya que ni en el norte de la península ni en el sur han caído precipitaciones. El reparto es desigual por comunidades autónomas. En el norte, en el País Vasco, se acercan al 70 por ciento, pero en el sur, en Andalucía, están al 30 por ciento y hay zonas como el Guadalquivir en el que no consiguen pasar del 26 por ciento. Esto se debe también a que el último otoño e invierno fueron muy secos y esto seguirá continuando hasta el mes de septiembre.
Además, hay que sumar el riesgo añadido que suponen las temperaturas que tenemos en esta ola de calor y que hace que la evaporación sea mucho mayor cuanto más fina es la lámina de agua que cubre el embalse.