jueves. 28.03.2024

Redacción. La tarde del 31 de octubre, viaja en metro en el centro de Madrid el guardia civil Manuel R. M. El agente se encontraba destinado en el Estado Mayor y en su vagón estaba repleto de personas, "unas 40", según describe en su informe. Serían sobre las 17:50 horas, en la línea 1 a la altura de la parada de Pacífico cuando vislumbró entre los allí presentes a dos jóvenes latinos.

Al llegar a la siguiente estación entraron otros dos jóvenes sudamericanos y comenzaron una disputa. Manuel creyó al principio que no se conocían entre sí pero fue cuando escuchó "Full patria", cuando tuvo la certeza de que iban a retarse.

Uno de los jóvenes, ya en la parada de Nueva Numancia, tomó algo de la mochila que portaba, un gran cuchillo tipo machete que agarró con la mano derecha y con el que desafió a sus rivales.

Tensión en aquel vagón, la gente comenzó a gritar y cundió el pánico al percibir la magnitud del arma blanca. Retrocedieron todos y se agolparon en la parte trasera para poder protegerse de una posible agresión. En ese momento alguien tiró de la palanca de alarma el convoy se detuvo, justo después de que el joven armado golpeara a su objetivo en la cabeza.

Manuel decidió entonces aproximarse al agresor, a quien pilló por sorpresa y comenzó a retroceder. El funcionario se aseguró de que todo el mundo estuviera a salvo y se lanzó a por el delincuente para arrebatarle el arma e identificarse ante todos como guardia civil.

Detuvo al joven por tenencia ilícita de armas y agresión y al mismo tiempo le leyó sus derechos. Manuel, al ver la documentación del arrestado, se dio cuenta de que se trataba de un menor.

El vagón seguía detenido y con las puertas cerradas cuando el maquinista abrió la puerta para preguntar quién había accionado la palanca de emergencia. El agente le pidió que llamara a la Policía y le relató brevemente lo allí ocurrido. Del mismo modo le solicitó mantener las puertas cerradas hasta que llegase la Policía, ya que el compañero del arrestado seguía allí dentro y había que detenerle.

No obstante, el maquinista dijo que no podría mantener tanto tiempo las puertas cerradas por lo que Manuel tuvo que agarrar al detenido y a la víctima para retenerlos en el andén hasta la llegada de la policía.

Fue la seguridad privada del Metro de Madrid la que acudió en su ayuda y sanitarios del servicio de emergencias se encargaron de llevar al herido hasta el Hospital Gregorio Marañón.

El compañero del agresor consiguió huir justo al abrir las puertas y pudo abandonar la estación sin ser detenido. Según el atestado de la Policía, que tomó declaración a los testigos, el que se escapó era un varón de entre 16 y 18 años, de unos 165 centímetros, delgado, con el pelo largo y rizado, que vestía pantalón y sudadera negros. La Policía aún trata de localizarle.

Un Guardia Civil de paisano frena un ataque con un machete en el Metro de Madrid