En la Escuela Iris ayudan a niños con necesidades especiales. Ahora que los niños han vuelto a sus aulas después de mucho tiempo, los formadores han recurrido al mejor amigo del hombre, el perro, para que a los niños les sea más fácil volver a la rutina.
La canoterapia ayuda mucho a los niños a reducir el estrés y los nervios y recuperar algunas rutinas perdidas por la pandemia de la COVID-19. Iván, un niño con autismo, cuenta como su amigo perruno le ayuda a controlar sus nervios. "Me ayuda cuando estoy nervioso o agobiado [...] Él viene, le acaricio y entonces se me pasan los nervios".
Los educadores del centro aseguran que adoptar la canoterapia como una nueva herramienta de trabajo ha sido una decisión acertada y que beneficia a los niños. "Muchos niños nunca habían tenido contacto con un animal y menos un contacto tan directo con un perro". "Vimos una evolución en pocas sesiones. Los alumnos estaban muy receptivos, colaboraban y sus respuestas era mucho más rápidas. Entendimos que era una herramienta muy importante para nosotros". comenta el director del centro, Joan Francesc Porras.