La Policía Nacional continúa la investigación del asesinato del exdirigente ucraniano Andriy Portnov, tiroteado este miércoles frente al Colegio Americano de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, justo después de dejar a sus hijas en clase pasadas las nueve de la mañana. El homicidio se produjo a plena luz del día frente al centro educativo, que activó el protocolo de seguridad para proteger al alumnado.
Portnov recibió seis disparos por la espalda y en la cabeza, cuando se disponía a subir a su vehículo, un Mercedes negro de alta gama, aparcado en la acera de enfrente. Los forenses han iniciado esta mañana la autopsia del cadáver, mientras los agentes toman declaraciones a testigos y revisan las grabaciones de las cámaras de seguridad, especialmente las de una residencia universitaria ubicada justo enfrente del lugar en el que se produjo el asesinato. Las autoridades han desplegado controles en carretera y cuentan con medios aéreos que vigilan desde el cielo.
Cuando llegaron los servicios de emergencia, se encontraron a Portnov tendido inconsciente en el suelo. Tras el ataque, los autores huyeron en dirección a la Casa de Campo de Madrid, una extensa área boscosa, que conecta la capital con Pozuelo. En las primeras 24 horas desde el crimen, la Policía ha peinado la zona, sin que se hayan producido todavía detenciones.
El Colegio Americano activó el protocolo
Poco después del ataque, los padres de los alumnos se arremolinaron en torno al colegio para recoger a sus hijos. El centro educativo emitió un comunicado en el que aseguraba que todos los estudiantes se encontraban "a salvo".
Fuentes internas del Colegio Americano han informado a RTVE.es de que, tras los disparos, se activó el protocolo para cerrar el centro. Alumnos y profesores se encerraron en silencio en las aulas, con pestillo, las luces apagadas y apartados de puertas y ventanas con el objetivo de permanecer ocultos. La medida, que se entrena mediante simulacros habituales, duró aproximadamente dos horas hasta que recibieron la señal de que todo estaba en calma.
Un pasado cercano a Rusia
El móvil del asesinato aún no está claro, aunque los investigadores no descartan que esté relacionado con el pasado político de Portnov. El abogado fue jefe de la Administración del expresidente ucraniano prorruso Víktor Yanukóvich, que cayó tras la revolución del Maidán, aunque ha pivotado entre ambos bandos. Durante más de dos décadas, acumuló poder y riqueza en Ucrania. Se le ha señalado como artífice de la reforma legal para criminalizar las protestas contrarias a las medidas de Yanukóvich para romper con Bruselas y acercarse a Putin.
Portnov estuvo investigado por corrupción, violaciones de derechos humanos y figuró en una lista negra de la Unión Europea, aunque posteriormente fue exonerado en varias causas. En 2021, Estados Unidos impuso sanciones contra él por supuestos intentos de manipular el sistema judicial ucraniano. El exalto cargo llevaba huido de su país desde 2022, aunque ya salió de Ucrania en 2013 tras la revolución del Maidán. Residía en España desde hacía un año, con un permiso temporal por circunstancias excepcionales, como otros ucranianos desplazados por la guerra.
Los medios de comunicación ucranianos especulan con un posible asesinato de falsa bandera, ejecutado por el Kremlin, para hacer creer que han sido obra de Ucrania. En Rusia, sin embargo, teorizan con que Portnov guardaba información comprometida sobre Zelensky. Es el cuarto crimen no aclarado en España desde el comienzo de la guerra.
El alcalde de la localidad ucraniana de Odesa, Gennadiy Trukhanov, ha asegurado a EFE que el asesinato a Portnov ha dejado a su país "en shock". El edil se encuentra estos días en España, por su participación en un foro parlamentario del Senado sobre inteligencia y seguridad. Trukhanov ha asegurado que no conocía personalmente a la víctima ni mantenían ninguna relación.