jueves. 28.03.2024

Retomar la senda política con el diálogo y acabar con la "judicialización" es la apuesta para Cataluña que ha hecho el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante su intervención inicial en el debate de investidura. Un pleno en el que ha pretendido acallar las voces críticas de PP, Vox y Ciudadanos, que le han acusado de "vender a España" por su pacto con ERC y el PNV, aseverando nada más empezar: "No se va a romper España, no se va a romper la Constitución, se va a romper el bloqueo".

Sánchez ha presentado su propuesta de gobierno de coalición con Unidas Podemos durante su intervención inicial en debate que ha dado comienzo este sábado. Y aunque buena parte de su discurso lo ha centrado en hablar de Cataluña y el modelo territorial, el candidato también ha criticado el "bloqueo" de PP y Ciudadanos, ha pedido un "cordón sanitario" a las ideas de Vox y ha presentado las medidas del futuro Ejecutivo.

El líder socialista ha afirmado que no puede haber cohesión social sin "cohesión territorial". Por ello, ha prometido intentar alcanzar "acuerdos amplios y transversales" con el resto de formaciones para "reducir mediante la política y el diálogo" un "conflicto de naturaleza política" -en el pasado debate de investidura defendía que el catalán era un problema de "convivencia"- que ha sido el resultado, ha dicho, de años de "abandono de la vía política" para afrontar la tensión territorial.

Para el Sánchez, el "mejor modelo" para España es el autonómico, pero ha aseverado que "en nuestro país no existe un único modo de vivir o sentir la identidad nacional", algo que está recogido, ha dicho, en el artículo 2 de la Constitución. Con ello, ha reprochado a PP, Vox y Ciudadanos que "los sentimientos no pueden imponerse a la fuerza" y ha lamentado que existe un "sentimiento de agravio" entre una parte de catalanes respecto a las instituciones del Estado, y de otro "sector amplio que se siente tratado injustamente" pro las instituciones catalanas.

Tras lamentar que la catalana es una "crisis heredada", Sánchez ha prometido un "diálogo" que parta del "reconocimiento del otro" -su acuerdo incluye el reconocimiento institucional mutuo entre Gobierno y Generalitat- y que se desarrolle dentro de la "ley" "con toda lealtad constitucional y responsabilidad institucional". Pero ha matizado que la ley "no basta", sino que es "la condición", mientras que "el diálogo es el camino".

En una investidura marcada por la resolución este viernes de la Junta Electoral Central para inhabilitar al presidente catalán, Quim Torra, y para que el líder de ERC, Oriol Junqueras -en prisión por el 'procés'-, no sea eurodiputado, Sánchez ha abogado por "dejar atrás la judicialización del conflicto" catalán. En este sentido, ha abogado por "recomenzar" y retomar el diálogo "en el momento en que las partes dejaron de escucharse".

El candidato ha lanzado otra crítica indirecta a los partidos de la derecha, que fueron quienes interpusieron dicho recurso y han celebrado la inhabilitación de Torra, que aún puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, pidiendo "libertad frente a la intrusión arbitraria de instituciones públicas y de la interferencia interesada de quienes tienen más poder".

Una libertad que es "incompatible con la ley mordaza" o con "ilegalizar organizaciones o medios de comunicación si no piensan como uno", ha añadido, en referencia a una propuesta que presentaron PP, Ciudadanos y Vox en la Comunidad de Madrid.

"Hubiésemos preferido un Gobierno con presencia de socialistas y de independientes de reconocido prestigio", ha admitido Sánchez durante su intervención, pero ha asegurado que, tras las elecciones del 10N, "no cabía otra mayoría parlamentaria" como la conformada la formación morada y con los apoyos comprometidos por algunos partidos.

El candidato ha señalado que los españoles "han votado gobierno, no bloqueo ni parálisis", por lo que ha mostrado su "pesar por las conductas de la derecha a negarse a prestar la menor contribución a la gobernabilidad de España". A PP, Vox y Ciudadanos, ha reprochado que "agiten los peores presagios por el porvenir de España y, a la vez, se nieguen a evitarlos": "No comparto sus temores, pero si son sentidos y no fingidos, ¿cómo es posible que no muevan un dedo para evitar que esto suceda?".

Tras pedir a los partidos que abandonen su "sectarismo" para afrontar "problemas capitales", ha calificado como sus enemigos no a otros líderes, sino a "la injusticia, el odio y fanatismo": "El único sentido de un cordón sanitario es evitar el acceso de ideas extremistas al poder". Y aunque no ha hecho referencia explícita a Vox, un partido que niega la violencia de género y aboga por la expulsión de los menores extranjeros no acompañados, ha apostillado que "nunca ha habido nada más opuesto a la valentía que atacar a las mujeres o a los menores".

Después de Sánchez, llegarán las intervenciones de los demás portavoces de los grupos parlamentarios de mayor a menor, que se prolongarán hasta este sábado, cuando tendrá lugar la primera votación. Sin embargo, el candidato no cuenta con los apoyos necesarios para ser investido entonces, por lo que habrá que esperar a la segunda votación, que tendrá lugar el martes, para ver si logra más 'síes' que 'noes' y es investido por mayoría simple, algo en lo que los socialistas confían después de haber firmado distintos pactos de investidura con el PNV y otros partidos regionalistas.

Pedro Sánchez en la Investidura: "No se va a romper España"