jueves. 28.03.2024

Aunque este lunes empezarán a llegar a las oficinas los primeros empleados y con ellos las pegatinas señalizadoras, geles, mascarillas y guantes, la 'nueva normalidad' que se vislumbra para septiembre implicará cambios más profundos en ellas, con aforos al 50% y una nueva organización del trabajo.

Marcada por la distancia física de más de un metro para evitar contagios, la vuelta a la oficina por etapas que planifican las empresas culminará después del verano con la recuperación del puesto de trabajo presencial de entre un 40 y un 50% de los empleados "como muchísimo", asegura a Efe el director general de la consultora inmobiliaria Colliers Internacional, Miguel Ángel Falcón.

Esta compañía prevé que cualquier oficina tendrá que cumplir con un distanciamiento de 1,83 metros "con lo que la ocupación que vamos a poder alcanzar va a ser del 40 y como muchísimo del 50%, es decir, que alguien que tenga mil metros cuadrados para cien personas va a tener 43 o 50 personas simultáneamente sentadas trabajando en el mejor de los casos".

Con la capacidad de uso de las oficinas reducida a la mitad, Falcón cree que estas se reservarán sobre todo para el trabajo de equipo y para organizar proyectos, mientras que "todo lo que es trabajo individual la idea es que se siga realizando en casa".

En el panorama que dibuja, las mesas desaparecen de algunas salas de trabajo y los equipos colaboran sentados o incluso de pie en torno a la pantalla de televisión.

 
"Si tienes un equipo de veinte personas que se sentaban en una mesa de 1,60, eso ya no es posible; ahora van a estar separados un puesto sí, un puesto no, y además a tresbolillo, y una mesa para ocho ahora va ser para cuatro puestos en ese misma disposición", explica.

La comida en la oficina será otro de los servicios más afectados, ya que la ocupación en cocinas y comedores bajará al 20, 15 o 10 %, según los casos, por lo que Falcón ve "viable que los directores de departamento digan que la gente vaya de 9.00 a 14.00 a la oficina y las otras tres horas las trabajen desde casa y coman en casa tranquilamente, y que otros por la mañana trabajen en casa y por la tarde vayan a la oficina". Esto supone -dice- "inventarse nuevos horarios" y más flexibles, lo que suavizaría las horas punta.

Para las oficinas con pasillos estrechos, los expertos plantean hacerlos de un solo sentido en un recorrido circular y, si no es posible, señalizar zonas de espera para que el otro pase.

Mientras, en los ascensores el problema que surge es que, donde antes cabían doce personas pegadas, ahora solo podrán ir dos. En este caso también será útil la flexibilidad de horarios, así como un mayor uso de escaleras, incluso aplicaciones que indican cuándo está ocupado el ascensor, como existe ya en un edificio de Holanda.

Frente a propuestas como las de Colliers, CBRE y otras consultoras que se basan en reducir aforos, la española Project Consortium, vinculada a la familia Mahía Solis y al grupo Caamaño, intenta combatir esa limitación levantando "escudos" físicos que protejan del coronavirus con cortinas y elementos de arquitectura.

"Sabemos que el costo de las oficinas corporativas es alto y, si queremos volver a ser productivos, no se puede estar a un 50 % de ocupación", sostiene Íñigo Moreno Fernández de Leceta, consejero delegado de Project Consortium.

El elemento diferencial que ofrece esta empresa son unas "cortinas muy finas, transparentes, nada invasivas", que están impregnadas de un producto que protege el textil de cualquier microbio durante siete días, y con las que se pueden separar espacios, pasillos, incluso forrar ascensores.

Moreno explica que uno de sus socios es un laboratorio que tiene la patente mundial de este producto, con el que están trabajando en su proyecto "Scutum 360 º", que integra arquitectura, ingeniería y biotecnología para conseguir espacios más seguros de cara a un posible rebrote de la pandemia en otoño.

También Cushman & Wakefield ha conseguido, comprando mobiliario nuevo, perder solo el 30 % de la capacidad en una de sus oficinas de Holanda. Siguiendo el modelo que llevan aplicando tres semanas sus compañeros en China y Holanda, esta compañía tiene diseñado un programa en el que las oficinas reducen su capacidad entre un 40% y un 60% y se llenan de dispensadores de gel y 'kits' con productos de protección.

Su director de Negocio y Desarrollo, Óscar Fernández, coincide en que el mayor impacto a medio y largo plazo será el del teletrabajo y el trabajo flexible, "una tendencia que estaba clara antes de esta situación, pero que esta crisis lo que ha hecho es acelerarlo". 

Según sus datos, el 60% de las empresas en España no tenían hasta ahora implantado el trabajo y esta pandemia ha irrumpido ante ellas como un catalizador para acelerar ese proceso.

La "nueva normalidad" laboral tras el Covid-19: Oficinas ocupadas a la mitad y...