viernes. 29.03.2024

Son muchos los menores procedentes de Marruecos que deambulan por las calles de Ceuta. Las fuerzas del orden ya han repatriado a 6 500 de los 8 000 migrantes que llegaron la semana pasada, muchos de ellos a nado.

Mientras tanto, al otro lado de la frontera, hay cientos de familias desesperadas y preocupadas porque no saben nada de sus hijos. No obstante, la ley española tiene como obligación proteger a esos menores, ya que no pueden ser devueltos a Marruecos sin localizar a sus padres y comprobar que viven unas condiciones dignas. Algunos de ellos, se niegan a decir su identidad, e incluso se han escapado de los centros de menores que les ofrecían cobijo.

Younes, Mohamed y Skakin, tienen entre 12 y 14 años y cada noche buscan un sitio seguro para dormir. A veces, no les queda otra que acomodarse bajo un árbol en un parque.

El más pequeño, Younes de 12 años reconoce que "Por supuesto que tenemos miedo. Tratamos de encontrar un lugar donde no haya demasiada gente. El poco dinero que tenemos lo guarda un amigo".

Por su parte, Mohamed añade: "Espero que la policía no venga y nos devuelvan al centro de acogida. Allí no hay nada".

En el caso de Skakin admite que sabe que su madre lo está buscando: "Yo sé que mi madre me busca y quiere que vuelva a Marruecos, pero yo no quiero volver".

Esta situación se repite en varios parques y rincones de la ciudad. A pesar de que la angustia estará consumiendo a muchas de las familias en Marruecos, la realidad es que estos niños solo sueñan con poder empezar y crear una nueva vida en Europa.

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