El cabo 1º Mujica, destinado en el Regimiento de Artillería Antiaérea nº 94, en Las Palmas de Gran Canaria, se encontraba de vuelta a su domicilio, el 12 de noviembre, en la localidad de Arucas (Gran Canaria) cuando observó un grupo de personas en la playa. Al preguntar que ocurría se enteró que había una persona en apuros en el agua y que otras dos estaban intentando ayudarla, aunque debido al estado del mar no podían volver a tierra.
El cabo 1º Mujica, un experto conocedor de esa zona de la costa norte de Gran Canaria, se dirigió a su casa, donde se equipó con un par de aletas y una tabla de bugui. Al volver a la playa, consiguió llegar nadando hasta donde se encontraban las tres personas en apuros, comprobando que una de ellas era una mujer en estado semiinconsciente, apoyada en un flotador que habían conseguido llevar hasta ella los dos jóvenes que la estaban auxiliando.
Mientras el cabo 1º comprobaba el pulso y respiración de la mujer eran normales a pesar de su estado, uno de los jóvenes indicó que se encontraba agotado, por lo que el cabo 1º procedió a darle su tabla para facilitarle el regreso a la costa, el cual realizó sin contratiempos.
Junto al otro joven, realizaron varios intentos para alcanzar la orilla, pero debido al estado del mar y de la víctima resultaron infructuosos. Para evitar cansarse inútilmente intentando llegar a la costa, Mujica tomó la decisión de alejarse de la misma y permanecer mar adentro donde el oleaje era menor y esperar allí a ser rescatados por una embarcación.
Finalmente un particular en su embarcación consiguió llegar al grupo y llevarse en un primer viaje a la mujer y al joven. El cabo 1º fue llevado a la costa en un segundo viaje de la referida embarcación, siendo felicitado a su llegada a la orilla tanto por los servicios de rescate como por la Policía Local y la Guardia Civil –ya presentes en el lugar– por su actuación y la serenidad que demostró en todo momento.
