jueves. 25.04.2024

Ante la impactante situación relacionada con la entrada de cerca de 8.000 inmigrantes en Ceuta durante el lunes y el martes, desencadenado una crisis migratoria inédita en la frontera, Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno decidió suspender su agenda internacional y desplazarse a la ciudad autónoma de Ceuta y a la de Melilla. Esto ha ocurrido después de que en la madrugada del martes 86 personas hayan logrado saltar la valla.

Desde el lunes han entrado 8.000 personas a Ceuta, de las cuales ya han sido devueltas a Marruecos la mitad sin especificar el procedimiento llevado a cabo, según el Ministerio del Interior.

El origen de la crisis de Ceuta parece ser un castigo diplomático de Marruecos a España. La consecuencia más inmediata es la acogida de miles de personas, entre ellas cientos de menores.

La noche del domingo se especuló en Marruecos sobre la laxitud de las fuerzas de seguridad marroquíes en la costa. La gendarmería mostró una “inusual pasividad” en la madrugada del lunes, según fuentes de las fuerzas de seguridad españolas. La tarde del martes ya había 8.000 inmigrantes en la ciudad autónoma y siguieron entrando todo el día, marroquíes y también subsaharianos. Se trata en su mayoría de hombres jóvenes, pero hay familias enteras y al menos 1.500 menores, según fuentes del Gobierno de Ceuta.

El motivo de esta actuación es aparentemente la acogida del líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (Rasd), Brahim Gali, de 73 años. España acogió a Gali para que ingresase en un hospital de Logroño, tras tener coronavirus, lo que disgustó a Marruecos. Pero el desencadenante real fue cuando Donal Trump reconoció, en diciembre, la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.

Rabat ha ejercido una presión nunca vista sobre España y la Unión Europea para que “abandonen la zona de confort” de la ONU.

Miles de migrantes han sido devueltos a Marruecos sin aclararse el procedimiento