El Gobierno ha elaborado una guía de recomendaciones que ha hecho llegar este miércoles a las comunidades autónomas con una serie de medidas para la desescalada en el transporte urbano y metropolitano a fin de mantener a raya el coronavirus. Entre otras cuestiones, recomienda controlar el aforo de los usuarios de la red de transporte y que los trabajadores de este sector puedan hacerse test rápidos en el centro de salud de la empresa.
En el documento, el Ejecutivo considera necesario en primer lugar calcular el volumen de demanda que irá aumentando en cada fase de la desescalada y definir unos "niveles recomendables de ocupación en el transporte público atendiendo a los criterios sanitarios". Unos criterios que se podrán revisar a medida que evolucione la situación sanitaria y el "conocimiento de la enfermedad", expone el documento.
Sitúa como recomendable en el 50% la ocupación de las plazas sentadas o que haya dos usuarios por metro cuadrado en el caso de los transportes donde el desplazamiento se realiza de pie.
Para ello, el documento recomienda "establecer limitaciones de acceso a las redes de transporte" y pone como ejemplos que haya un "sistema de reserva previa de franja horaria" y que se controle el aforo a través de los tornos, otras barreras de acceso o con "canceladoras de billetes". Propone especialmente este tipo de controles en posibles "secciones críticas" en cuanto a concentración de usuarios.
Establece, además, que estos u otros métodos puedan "ser reforzados, si es necesario, por personal de seguridad para dar indicaciones a los usuarios". Para ello, contempla que se pueda aumentar el personal de seguridad en las zonas más sensibles.
Respecto a los empleados de este sector, también recomienda que las empresas de transporte realicen un "control sanitario a los trabajadores" y, "cuando sea factible, que los centros de salud de cada empresa puedan hacer test rápidos" de COVID-19. Mantiene además la recomendación de que, cuando no haya mampara, la primera fila de los autobuses quede libre para proteger al conductor.
"Se trata de un documento vivo, abierto y colaborativo sobre el que se irán plasmando actualizaciones en función de la evolución de las circunstancias, los avances en el conocimiento, las necesidades de conectividad y económicas y que deja la puerta abierta a que podamos ir perfeccionándolo progresivamente", establece el texto.
Así, detalla que las recomendaciones se centran en el transporte urbano y metropolitano por ser los que reciban "el impacto de la desescalada en una fase más temprana".
Para establecer estas medidas, el protocolo recomendado establece en primer lugar la necesidad de hacer un estudio detallado de la demanda del transporte con información del volumen de usuario, clasificación del motivo de desplazamiento, "a ser posible" identificar el porcentaje de cada sector de la actividad a la que se dedican los viajeros, el tipo de transporte que emplean y las franjas horarias en la que viajan.
El siguiente paso será establecer los distintos escenarios asociados a cada nivel de desescalada, teniendo en cuenta cuestiones como el incremento de la demanda de movilidad a medida que se vayan eliminando restricciones y se tendrá "especial relevancia la determinación de la demanda máxima en hora punta".
Precisamente, para evitar las aglomeraciones en las horas críticas, el Gobierno aconseja también a las autoridades regionales reforzar la oferta del transporte en la medida que sea necesario aumentando las frecuencias, "con autobuses discrecionales o interurbanos en ejes principales o servicios lanzadera", con la creación de carriles bus o bus/VAO temporales en las principales vías de acceso a la ciudad o impulsar más servicios y carriles de bicicleta y patinetes eléctricos compartidos.
Por último, el Gobierno mantiene las recomendaciones de promover el teletrabajo, que las empresas flexibilicen los horarios laborales de entrada y salida y los escalen en distintas franjas horarias "en la medida que las características de su actividad laboral lo permitan". Y respecto a los usuarios, aconseja el uso de "medios activos de movilidad" como desplazarse caminando o en bicicleta.
