viernes. 19.04.2024

La reducción de la jornada laboral es una de las demandas históricas del movimiento obrero y las trabajadoras y trabajadores españoles tienen el honor de haber sido pioneros, tras Uruguay y México, en conseguir, gracias a su organización sindical y a su lucha, una legislación laboral que contemplase la jornada de ocho horas. Actualmente, los grandes aumentos de productividad de los últimos años así como la digitalización y automatización de los procesos productivos han reducido efectivamente el tiempo que trabajamos los españoles y españolas. Sin embargo, esta reducción se ha llevado a cabo de forma desigual, injusta y en muchos casos involuntaria. Tenemos un mercado laboral en el que coexisten horas extras no reconocidas y no retribuidas con contratos parciales involuntarios. Es tarea de sindicatos, empresas y administraciones poner las medidas necesarias para gobernar esta transformación hacia un reparto justo e igualitario de la carga de trabajo remunerado, al tiempo que se equilibra el reparto de la carga de trabajo no remunerado o de cuidados, que tradicionalmente, recae mayoritariamente en las mujeres de las unidades de convivencia.

Según el informe del think tank británico Autonomy, cercano al partido Laborista, acortar la jornada laboral a cuatro días presenta evidentes ventajas medioambientales al reducir los desplazamientos al trabajo y permitirnos más tiempo para implicarnos en actividades bajas en carbono: deportivas, culturales, etc. También presenta ventajas en materia de salud física y mental, puesto que ambas se ven afectadas por el trabajo excesivo (a través del estrés, hábitos más insalubres como la comida ultraprocesada, etc). Finalmente una semana laboral de menor duración favorecería enormemente la conciliación familiar y sería una medida clave para que el trabajo no remunerado (esencialmente de cuidados y de mantenimiento doméstico) se repartiese de forma equitativa entre hombres y mujeres, contribuyendo a la corresponsabilidad en las tareas de cuidado.

Nos comprometemos a impulsar los cambios legislativos necesarios para, aprovechando los avances tecnológicos y los aumentos de la productividad, reducir la jornada laboral sin pérdida de salario a 32 horas semanales en el marco de la próxima década, intentando que en la mayoría de sectores esto se traduzca en una semana laboral de 4 días. A su vez, esta reducción de la jornada laboral podrá ser modulada de modo flexible, en semanas de 5 días o mediante su acumulación en años sabáticos pagados.

Mas País propone reducir gradualmente la jornada laboral sin pérdida de salario a 4 días