jueves. 28.03.2024

Mallorca ha dado respuesta a una de sus preocupaciones, la saturación turística. La decisión tomada ha sido conservar, como máximo, 430.000 camas turísticas en toda la isla, lo que supondrá una reducción de 120.000 plazas a  medida que vayan quedando obsoletas y pierdan la licencia.

El Consell de Mallorca aprobó ayer, con los votos de PSOE, Més y Podemos, el Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos (PIAT), una nueva regulación que establece ese límite y que, en combinación con la ley turística de Baleares, posibilita la progresiva disminución de la oferta de plazas en Mallorca. La norma prohíbe además al alquiler turístico.

La decisión llega tras un largo debate acerca del turismo de masas que se genera en Mallorca, a la que además se han sumado sectores ecologistas de Baleares, pero también conocidos empresarios hoteleros como Carmen Riu, de la cadena Riu

El límite de 430.000 plazas incluye 32.000 que siguen en la bolsa de plazas, de las que 10.000 son camas hoteleras y el resto, alquiler vacacional. La norma establece además una zonificación de la isla para repartir las 115.000 plazas de alquiler vacacional. Esta actividad queda prohibida en amplias zonas saturadas de la islas, donde solo se permite por un periodo de 60 días de los que 30 son en uno de los meses de verano.

Las zonas donde queda prohibida esta actividad son Platja de Palma (en el municipio de Palma), s’Arenal (Llucmajor), Peguera, Santa Ponça, Palmanova y Magaluf (Calvià), Cala Bona, Cala Millor (Son Servera), Sa Coma (Sant Llorenç) S’Illot y Cales de Mallorca (Manacor).

Desde la aprobación inicial de la norma, los chalés de nueva edificación no se podrán destinar a esta actividad y los ya construidos solo podrán hacerlo si en la parcela hay, además, algún tipo de actividad agraria. Algo parecido sucede con los hoteles rurales. La intención inicial era prohibirlos por completo, pero finalmente se autorizarán con una serie de requisitos entre los que se encuentra que también tengan actividad agraria y además se trate de edificios antiguos.

Desde la aprobación inicial de la norma, los chalés de nueva edificación no se podrán destinar a esta actividad y los ya construidos solo podrán hacerlo si en la parcela hay, además, algún tipo de actividad agraria. Algo parecido sucede con los hoteles rurales. La intención inicial era prohibirlos por completo, pero finalmente se autorizarán con una serie de requisitos entre los que se encuentra que también tengan actividad agraria y además se trate de edificios antiguos.

PP, Cs, Vox y Proposta per les Illes (PI), partido de centro insularista, consideran que la norma va totalmente en sentido contrario al que debería ir tras la crisis del coronavirus. Desde la oposición, entienden que ahora se necesitan medidas de impulso y de apoyo a la actividad económica de la isla y no propuestas de contención.

Mallorca limita el turismo masivo con un recorte de 120.000 plazas