martes. 16.04.2024

El pasado 12 de octubre el futbolista vivió una situación que nunca olvidará: sobrevivió a cinco paros cardiacos en medio de un partido de fútbol en el que estaba jugando. 

El joven, de tan solo 27 años no fue consciente de lo ocurrido: se desplomó de repente, pero al rápida acción de uno de sus compañeros de equipo del modesto Maià que fue a buscar el desfibrilador externo automático (DEA) junto con la de tres valientes chicas que saltaron al césped para realizarle un masaje cardiaco, le salvaron la vida. 

Ferran agradecido cuenta ahora su historia: “Me reanimaron tres veces en el campo y posteriormente en el helicóptero de camino al hospital dos veces más. Todos sabían que hubiera pasado si no llega a haber un desfibrilador cerca”. 

En el hospital Josep Trueta de Girona le colocaron un desfibrilador automático interno. Allí, la familia acudió lo más rapido posible, pero les pintaron lo peor; era muy improbable que el futbolista no tuviese secuelas. 

Pese a las negativas probabilidades, el jugador se encuentra perfectamente: “Había pocas probabilidades de que me quedara sin secuelas, por suerte estoy genial, he vuelto a nacer”, comentaba orgulloso el joven. 

Ferran estará eternamente agradecido a los valientes que intervinieron permitiendo este milagro y remarca la importancia de contar con un desfibrilador en todos los campos, sin depender del tamaño  “Lo mismo vale la vida de un pueblo de 400 habitantes que de una persona de Barcelona”. Por ello, el equipo de fúltbol pide a la Federación Catalana con la campaña “Todos somos un latido” un desfibrilador. 

Ferrán Durán, el futbolista que sobrevivió a 5 paros cardiacos en un partido