viernes. 19.04.2024

Algunas portadas trascienden la caducidad matutina para cobrar un carácter icónico. El periodismo convierte lo actual en recuerdo, adhiriendo a la volatilidad propiedades imperecederas. Tras meses de desgaste emocional, sometidos a la más macabra de las lecciones contemporáneas, buscamos reductos que permitan oxigenar nuestra memoria. 

El 26 de marzo España alcanzó el "pico" de la pandemia. El término pareció convertirse en maná para nuestro pueblo. Largas jornadas, arrastrando cifras devastadoras, vieron la luz con el comienzo de una tendencia decreciente. Hace cuatro días registramos lo que parece ser un nuevo pico, en esta ocasión informativo, protagonizado por el Fernando Simón más mediático. Aunque muchos acusan a El País Semanal de promocionar un blanqueamiento del epidemiológico, lo cierto es que su portada marca un hito.

Hay imágenes que poseen narrativa propia. Acostumbrados a la estética austera de las ruedas de prensa, la instantánea de Fernando Simón, con chupa de cuero y sobre una moto, cristaliza en la memoria colectiva española. Lejos de reducirse al meme de turno, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad ha clausurado su etapa como mero portavoz.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

I shot Spanish epidemiologist #fernandosimon for this weekends @elpaissemanal. He’s the Fauci of Spain.

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"No podía perder la calma" es la frase que condensa la personalidad de aquel que se convirtió en rostro de la pandemia. Lo que hace unos meses hubiera germinado de un off de record hoy se convierte en titular para un posado a lo James Dean. El reportaje de Jesús Mansilla, con James Rajotte como fotógrafo, pone en comunión la labor periodística con la necesidad popular de conocer al hombre omnipresente, quien ha convivido con millones de familias españolas durante el Estado de alarma.

El propio Simón se declara desprovisto de biografía propia. "Mi vida cotidiana ha desaparecido, no hay. No tengo tiempo, trabajo prácticamente todo el día. Llego a casa, ceno, me voy a la cama y vengo. No tengo vida cotidiana desde hace ya varios meses". Una realidad que fue sorteada por el fotógrafo americano, afincado en Madrid, para efectuar el reportaje. "Después de quizás medio día, había un hueco en su agenda y pedí que hiciéramos dos fotos que pudieran ser portada. Para estas fotos llevé un flash pequeño con paraguas. Hicimos un retrato en su despacho y después pedí que bajásemos a hacer una en su moto. Yo ya sabía que va en moto al Ministerio todo los días. En la redacción de El País también me sugirieron que una foto montado en moto sería interesante y mostraría un lado de su personalidad. Fuimos al parking del Ministerio, donde estaba aparcada la moto. Vinieron el reportero Jesus Mantilla y la jefa de comunicaciones del Ministerio para observar. Monté mi pequeño flash e hicimos quizás doce fotos en total. Luego revisándolas elegí dos o tres. No hubo nada de producción porque cuando hago un seguimiento de alguien tengo que estar solo o no funciona. En general prefiero trabajar solo", explica el fotógrafo.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Opening spread of #fernandosimon story. Design: @quintatinta Out today.

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En sus declaraciones, Fernando Simón rehúye de un proceso comunicativo con los periodistas como receptores. Entiende a éstos como medio para dirigirse a la población. Su versión más cercana hace, del ensayo fotográfico que protagoniza, un auténtico icono de la cultura pop. Por la memoria de los que se fueron, que lo mejor de esta pandemia resida en la memoria de los que permanecemos vivos. 

Fernando Simón: un epidemiólogo que combate su propia carga viral