jueves. 28.03.2024

Durante un año tan movido y lleno de problemas y dramas para todos los españoles, muchos esperan saber que será nombrado en el próximo discurso de la noche de Nochebuena por parte del rey Felipe VI, el cual nunca había vivido una presión tan grande para mencionar un tema en concreto en el mensaje navideño por parte del Gobierno, desde que tomó las riendas del trono en el año 2014. Ni en sus anteriores intervenciones, ni en ninguno de los discursos de su padre, el rey emérito Juan Carlos I que relevó en el 1975 a Franco de los menesteres del mensaje anual navideño.

Es precisamente el rey emérito y padre del actual rey Felipe VI el tema por el que el Gobierno está ejerciendo dicha presión, haciendo que desde la Moncloa se haya supervisado cada punto y coma del discurso del próximo jueves. El discurso debería haber sido grabado el pasado domingo , aunque finalmente debido a las revisiones, a las 11 de la mañana, hora a la que el equipo de TVE está citado en el palacio de la Zarzuela. El retraso está justificado debido al arduo trabajo que ha llevado elaborar el cuidadoso discurso de este curso añadiendo y quitando palabras hasta última hora. Algo así como un telar diseñado por Jaime Alfosín, encargado habitual de crear el discurso para el rey actual tejiendo un telar de palabras que la vicepresidenta Carmen Calvo iba descosiendo y bordando con nuevos conceptos según lo que el Gobierno buscaba.

Es de suponer por las declaraciones de Carmen Calvo sobre el discurso, que finalmente, tras los retrasos en la grabación y creación del discurso, Felipe hablará de su padre en el manifiesto para todos los españoles a las 9 de la noche de Nochebuena el próximo jueves. Nadie conoce los borradores de dicho manifiesto mejor que la propia Vicepresidenta, haciendo que si nos atenemos a sus palabras, estaría en lo cierto el pasado 19 de diciembre en su participación en La Sexta: “Estoy absolutamente convencida de que (el Rey) va a lanzar el mensaje que corresponde ahora, de rigor y de tranquilidad”. Con anterioridad, Calvo calificó al Rey de España como un jefe de estado "realista" ante la situación que vivimos y que “sabe lo que piensa la opinión pública de este país y lo que demandan los ciudadanos”.

¿Qué será aquello que los ciudadanos pedirían al Rey del estado que mencione en el discurso para no sentirse defraudados, según la vicepresidenta del Gobierno en una de las Nochebuenas más tristes de los últimos 80 años, tras una gran pandemia a nivel mundial que se ha llevado tantas vidas de españoles? Obviamente, que Felipe VI no se quede siendo el único para el que “la ley es igual para todos”. Lema pronunciado por Juan Carlos I tras toda la trama de corrupción por parte de Iñaki Urdangarin.

Durante este 2020, a parte de toda la crisis del coronavirus por la que hemos pasado, se ha sabido que el Rey Emérito ha recibido de diversos países árabes decenas de millones no declarados y maletines enviados a Suiza, mientras que Juan Carlos seguía siendo Rey de España en funciones, bajo su inviolabilidad y blindaje por su cargo. La noticia de la fraudulenta gestión económica de Juan Carlos llegó hace algunos meses, adelantándose a los polvorones, al descubrirse que un empresario mexicano Sanginés-Krause pagó gastos de tarjetas de crédito del Emérito por casi un millón de euros.

Unos escándalos que de una manera u otra, obligaron a que el actual máximo representante de los españoles e hijo del emérito, Felipe VI tuviera que pronunciarse el pasado 15 de marzo, un día en el que después del cierre del país por el gran estado de alarma debido a la pandemia rompía con su padre mediante un comunicado oficial. Retirándole de esta manera la paga de 200.000 euros anuales y le inhabilitaba para representar al Estado español en cualquier acto. Sin mencionar también, a la renuncia de cualquier herencia que pudiese llegar a tener por parte de su padre.

De todas maneras, es algo difícil que el jefe de estado sea más contundente este jueves con el tema de su padre, de lo que fue ya el pasado marzo con su ruptura de lazos, o incluso, a principios de agosto, con la huida o autoexilio del emérito, impulsado por su hijo, a tierras árabes en Abu Dabi. Ya que las cosas de palacio van despacio y funcionan de manera distinta a como lo hacen en la Moncloa, es posible que Felipe sea menos contundente con las acciones de Juan Carlos de lo que se espera desde el Gobierno.

El otro vicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, también ha presionado en gran manera Felipe VI para que los escándalos paternos no sean pasados desapercibidos en el discurso de Navidad, en un ejercicio más de castigo hacia el rey en funciones por las cuestiones realizadas por su padre, que de algo de utilidad para la población. En un tono ya más fanfarrón que le caracteriza, Iglesias recordaba a Felipe que según la dirección en la que diese su discurso,  las familias hablarían durante la cena del 24 en un tono u otro sobre la monarquía y la república.

A parte de las polémicas declaraciones que se esperan que Felipe pronuncie sobre el rey emérito, se espera del discurso de este año que se agradezca en gran cantidad a las fuerzas del orden del estado, policías, guardia civiles, militares, etc, por su inestimable ayuda ante la pandemia, destacando el papel de las Fuerzas Armadas por su solidaridad y trabajo, en contraposición a otros militares ya retirados, sin mucho que aportar, más que discursos de odio y extremismos respecto a la situación. De la misma manera, el gran protagonista del discurso será el, por desgracia también, protagonista de nuestro año, la pandemia del Coronavirus, y la magnífica actuación de los sanitarios españoles para cuidar la situación. Además de destacar la solidaridad y espíritu de luchar y salir adelante por todos y por los demás de la población española.

Un discurso que debe de estar orientado en honrar a aquellos que han luchado contra la enfermedad, ya sea desde una cama del hospital, tratándolo como sanitario, o respetando las medidas de confinamiento y seguridad aplaudiendo desde los balcones, los verdaderos protagonistas de este año, la muestra de que unidos somos mejores, en contraposición a la división que quiere generar con su discurso trastocado el Gobierno, después de entre el poder y la oposición, donde una vez más los políticos han quedado retratados y las personas con su solidaridad han conseguido más unidos que separados. Un discurso de Navidad que debería de recordar aquellos que ya no están por la enfermedad y a aquellos que han sufrido en todo el mundo, no todo lo malo de la sociedad, sino ser una oda a lo bueno de la humanidad, una humanidad que unida, es capaz de luchar y ganarle a todo y más.

Felipe VI incluirá a su padre en el discurso navideño después de las presiones del...