El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, ha afirmado este miércoles que espera que las Fallas, que han sido aplazadas por el coronavirus, puedan celebrarse a lo largo de este año, aunque por el momento no ha querido avanzar ninguna fecha.
Aun así, ha explicado que en última instancia, la fecha la decidirán "los falleros, las comisiones falleras y los ayuntamientos" valencianos.
Puig ha reconocido que tomar la decisión de posponer estas fiestas, que están declaradas de Interés Turístico Internacional, fue "muy difícil" porque afecta "gravemente" a la economía y también al sentimiento de los valencianos.
Según Puig, la situación en la Comunidad Valenciana "está bastante controlada", pero ante el riesgo de celebrar una fiesta en la que se reúnen centenares de personas que vienen de distintos ámbitos, sobre todo Madrid, uno de los grandes focos, las autoridades sanitarias aconsejaron no celebrar estas fiestas para evitar el avance de la epidemia.
"El peligro era mayor y no era posible compaginar las fiestas con la prevención de la salud pública", ha reconocido.
En cuanto al impacto económico del aplazamiento de las Fallas, Puig lo ha cifrado en 700 millones de euros. Por eso, ha instado a buscar "instrumentos" y "fórmulas" para salir de la situación y para paliar el efecto económico, pues mucho turismo en Valencia depende del turismo italiano.
