jueves. 28.03.2024

La historia se repite a punto de comenzar el nuevo curso político. Barones autonómicos y otros dirigentes del PP piden a su presidente una oposición firme, pero moderada en el tono y que acierte en los asuntos que aborda. En los últimos días, Pablo Casado ha disparado a todo en su labor de líder de la oposición, incluyendo la crisis en Afganistán, que le ha valido al Gobierno la felicitación de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de la misma familia política popular que Casado. La ministra de Defensa, Margarita Robles, dijo este jueves que esa reacción le causa “vergüenza ajena” y que denota “falta de sentido de Estado”, pero Casado insiste en que el Gobierno ha llegado “tarde y mal” a la crisis afgana.

Barones y dirigentes populares consultados por EL PAÍS ponen Afganistán como ejemplo de error de estrategia , tanto por el asunto escogido como por el tono. “Tiene que haber un poco más de información a la oposición, pero las críticas al Gobierno por la operación de Afganistán son política de sal gorda y no dan votos. Afganistán no es un problema de España. Tenemos que centrarnos en la economía, en la gestión”, afirma un presidente autonómico. Otro dirigente regional opina en la misma línea: “Lo de Afganistán le ha salido muy bien a Sánchez. Este equipo es mejor que el anterior. La intervención de Von der Leyen y la llamada del presidente de EE UU Joe Biden son puntos para él. No ganamos nada metiéndonos ahí”.

El núcleo duro de Casado mantiene el tono de su líder, pero en el PP también se observan otros talantes y posturas. El presidente de la ciudad autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas, del PP, acudió el miércoles a La Moncloa para abordar con Sánchez la situación de los menores extranjeros no acompañados en la ciudad autónoma después de que la justicia paralizara su devolución a Marruecos por incumplir los trámites que exige la legislación española; esto es, analizar los casos individualmente y dar audiencia a los menores. Terminada la reunión, Vivas incluso habló en plural —refiriéndose al socialista Sánchez y a sí mismo— para resumir el encuentro. “Habrá que retornar a los menores a Marruecos de acuerdo a la interpretación de las leyes que hagan los jueces. El Estado se compromete a fortalecer cuantos recursos y medios sean necesarios para poder cumplir ese objetivo que hemos establecido en interés del menor: el retorno asistido a Marruecos”.

Mientras Vivas salía de La Moncloa hablando de un acuerdo con el Gobierno en materia de inmigración, Casado criticaba el “buenismo demagógico del Open Arms, papeles para todos y efecto llamada” del Ejecutivo y señalaba la incoherencia de “las devoluciones en caliente y en frío”. Mientras Andrea Levy, miembro del comité de dirección del PP, declaraba, “a pesar de las diferencias con el Gobierno”, que la operación de evacuación de Afganistán era “motivo de orgullo”, Casado acusaba al Ejecutivo de buscar hacerse fotos con la crisis.

La mejora en las encuestas, que por primera vez mostraban la posibilidad de que el PP y Vox sumen el número de escaños suficiente para gobernar, unido al triunfo aplastante de Isabel Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas del pasado mayo, insuflaron ánimo en el PP tras los malos resultados en los comicios catalanes y vascos. Pero los dirigentes populares consultados advierten de que aún queda mucho para las próximas generales y que es importante acertar en la estrategia de oposición del próximo curso.

“Quedan dos años y Casado lo tiene muy difícil”, señala un presidente autonómico. “Tiene que evitar incongruencias, no pasarse ni quedarse corto en las críticas al Gobierno porque detrás tenemos a Vox. Hay una especie de ayuso-dependencia. La oposición más dura a Sánchez la hace la presidenta madrileña, pero Casado no puede imitarla porque el discurso que funciona en Madrid no funciona en Galicia o Extremadura. Tiene que encontrar el tono y hacer una oposición con el tono correcto y propositiva, presentando una alternativa. Eso es lo que nos diferencia de Vox”.

Debilidades internas

Otro dirigente autonómico del PP pone Cataluña como ejemplo de que queda mucho por hacer. “Ya nadie se acuerda de los indultos (otorgados por el gobierno a los condenados del procés) y ese era precisamente el cálculo de Sánchez, que se olvidaría”. Un barón regional del PP coincide: “La política en España es tan dinámica que una ola tapa a la anterior. El coronavirus sepultó el procés, ahora Afganistán sepulta los indultos..., pero Cataluña dará problemas al Gobierno. Es su chinita en el zapato. Y nosotros tenemos que encontrar la fórmula de ser relevantes en lugares como Cataluña o País Vasco. El PP puede ser segunda o tercera fuerza, pero no algo residual como ahora”.

Varios dirigentes señalan como un problema la “pérdida de talento” por la salida del partido de dirigentes y exministros veteranos. “Los nuevos pueden tener talento, pero necesitarán tiempo, años”, opina un barón autonómico. Otro señala que deben hacer un esfuerzo para pactar el nuevo Consejo del Poder Judicial, en funciones desde diciembre de 2018 “Hay que elevarse, buscar la renovación de las instituciones”, señala. Casado declaró este martes que mantiene su propuesta de cambiar el método de elección de los jueces en lugar del sistema con el que el PP y el PSOE se han puesto de acuerdo en el pasado.

Convención y debate del estado de la nación

La cúpula nacional del PP insiste en que hay un “cambio de ciclo político” y que “todas las encuestas” les dan como ganadores. Un miembro del comité de dirección niega que hayan aparcado la economía, como reprochan varios barones autonómicos del partido, y pone de ejemplo su propuesta de reforma para abaratar el precio de la luz. “Seguimos ejerciendo una oposición firme y responsable”, asegura.

Los populares presentan la convención que celebrarán en octubre como “la puesta de largo del partido como alternativa de Gobierno”, y aseguran que ya han celebrado reuniones con expertos para prepararla. El cónclave se cerrará en Valencia, pero durante toda esa semana habrá actos en las comunidades donde gobiernan. El otro objetivo estratégico del PP es que se celebre cuanto antes el debate del estado de la nación. Casado prevé “patearse mucho la calle” y no hará cambios en su equipo, según la dirección.

Dirigentes del PP difieren de Casado y piden que modere su estrategia