Una brusca pérdida de 15.000 megavatios de potencia —el 60% de la electricidad que se estaba consumiendo— desencadenó este lunes 28 de abril a las 12:32 horas un apagón eléctrico histórico en España que dejó al país desconectado del sistema europeo de energía. Esta desconexión masiva provocó una reacción en cadena que paralizó infraestructuras clave como estaciones ferroviarias, redes móviles y negocios, generando un escenario de caos e incertidumbre en varias regiones del país.
Atocha, símbolo del colapso nacional: sin trenes, comida ni información
La estación de Madrid-Atocha fue uno de los puntos neurálgicos más golpeados por el apagón. Durante horas, cientos de pasajeros quedaron varados sin trenes, sin servicios básicos, sin explicaciones claras por parte de las autoridades y con las líneas de comunicación totalmente saturadas. Una de las afectadas relató: “Llegué desde Zaragoza en un AVE a las 10:26, y poco antes de la una del mediodía nos desalojó la Policía. A partir de ahí, todo fue improvisación y desinformación”.
Pasadas las horas, la situación empeoró. “Fuimos a un bar cercano a las tres de la tarde y ya no les quedaba comida ni bebidas”, comentó otra pasajera afectada, visiblemente molesta por la falta de previsión y asistencia.
Servicios colapsados y situaciones límite: “Me cobraron por orinar en una botella”
La falta de recursos básicos derivó en situaciones límite. Una mujer denunció haber sido víctima de un claro caso de oportunismo: “A las seis de la tarde necesitaba ir al baño y un hombre me ofreció una botella de agua cortada para poder orinar. Luego me pidió cinco euros”. Además, ofrecía guardar equipaje a cambio de dinero, improvisando un servicio de consigna ante el colapso generalizado.
Este tipo de comportamientos reflejan no solo la falta de solidaridad en momentos de crisis, sino también la ausencia de respuesta inmediata por parte de las autoridades ante un apagón de semejante magnitud.
Semáforos apagados, comercios cerrados y redes caídas
A nivel nacional, el impacto fue devastador: semáforos sin funcionar, redes móviles interrumpidas, comercios forzados a cerrar y millones de ciudadanos intentando gestionar la emergencia con la batería que les quedaba en sus teléfonos móviles. Las escenas de desorientación fueron la tónica durante la tarde del lunes, mientras el país trataba de adaptarse sin saber cuándo se restablecería el suministro eléctrico.
El Gobierno no descarta ninguna causa y pide evitar especulaciones
Desde el Ejecutivo central han asegurado que se están investigando todas las posibles causas de este colapso energético sin precedentes. El Gobierno ha solicitado calma y ha instado a no especular hasta que no haya conclusiones claras. “Todas las hipótesis siguen abiertas”, han afirmado fuentes oficiales.