Una menor de 16 años de la localidad asturiana de Langreo ha sufrido una brutal paliza en la madrugada del pasado miércoles en el propio portal de su domicilio por parte de dos conocidos que le doblaban la edad.
La paliza fue grabada y difundida por su expareja, de 23 años, que la sirvió como gancho para que la menor bajase a la calle a la una de la madrugada.
La agresión se justifica por un supuesto robo hecho por la agredida al agresor. Ambos agresores, Ambos, una mujer y un hombre de 30 y 46 años, así como la expareja de la menor, se presentaron sobre las seis de la tarde en la vivienda en la que la menor reside con su abuela. Sin permiso de esta, accedieron a la habitación de la menor y, según su propio testimonio, lo revolvieron todo sin encontrar ninguna prueba del supuesto robo, que ella niega. Abandonaron el domicilio continuando acusando a la menor del robo.
Sobre la una de la madrugada, el timbre del domicilio volvió a sonar. En este ocasión era la expareja de la adolescente. Con la excusa de devolverle un chándal, convenció a la menor a bajar hasta el portal. Nada más abrirse la puerta de ascensor, los dos presuntos agresores se abalanzaron sobre ella, la tiraron al suelo y con unas tijeras y una maquinilla de afeitar intentaron cortarle el pelo.
Durante varios minutos, la menor chilló intentando defenderse hasta que los vecinos del bajo abrieron la puerta y los agresores huyeron al igual que su expareja, que en todo momento se mantuvo en el portal grabando la agresión.
Sobre las once de la mañana del miércoles, una conocida de la madre le envió el vídeo de la agresión a su hija, por lo que acudió a casa de la abuela, donde su hija le relató todo lo sucedido. De inmediato, acudieron a la dependencias de la Policía Nacional de Langreo a interponer la denuncia. Los agentes procedieron a detener a los dos agresores, que pasaron una noche en el calabozo, y que tras prestar declaración fueron puestos en libertad con cargos.
La agresión está ahora en manos de la Fiscalía de Menores, a la espera de juicio mientras en Langreo son muchos los que piden una sentencia ejemplar para los dos adultos.