viernes. 29.03.2024

El Palau Sant Jordi de Barcelona acogerá el 27 de marzo el primer gran concierto masivo y sin distancias desde el inicio de la pandemia. Tras el ensayo clínico de la Sala Apolo en diciembre, que concluyó sin contagios, el sector de los festivales de música catalanes han organizado ahora un evento para 5.000 personas, también sin distancias, pero con mascarilla y con un test de antígenos previo para todos los asistentes.

El concierto se ha presentado como el “segundo paso” del sector hacia su recuperación de la actividad. Esta vez no tendrá carácter de estudio científico, sino de evento "comercial", pero aún así cuenta con el apoyo del Departamento de Salud y el de Cultura de la Generalitat, así como del Ayuntamiento de Barcelona. A nivel sanitario, estará supervisado por el Hospital Germans Trias i Pujol y la Fundació Lluita contra la Sida, que ya fueron responsables del concierto en la Sala Apolo. 

El público se someterá ese día a un test de antígenos en espacios habilitados en la Sala Apolo, Luz de Gas y Razzmatazz. De esta forma, los que den negativo podrán asistir al concierto con mascarilla. Entre los festivales implicados están Vida, Sónar, Canet Rock o Primavera Sound, que del mismo modo anunció esta misma semana que suspendía la edición de 2021.

Las entradas están ya a la venta en web, el nombre de la plataforma que aglutina al sector implicado. Si a 27 de marzo, día del concierto, sigue vigente el confinamiento comarcal en Catalunya, solamente podrán asistir los que vivan en la comarca barcelonesa.

Entre las medidas que deberán adoptar los asistentes, está la de hacerse el test de antígenos, someterse a control de temperatura en el acceso y usar mascarilla FFP2. Dentro del recinto, podrán seguir el concierto, bailar y relacionarse sin la distancia social obligatoria. El espacio estará dividido en cuatro sectores y habrá servicio de bar y lavabos. Posteriormente, todos los integrantes del público deberán someterse a un control médico.

El concierto de la Sala Apolo, que congregó a unos 500 asistentes, se saldó sin ningún positivo. Al anunciarse, algunos expertos lo criticaron por diversas razones, entre ellas las dudas que había entonces con el uso de antígenos con personas asintomáticas o el hecho de que su diseño pudiese estar condicionado a la voluntad del sector y sus ganas de recuperar la actividad. Finalmente, y tras suspenderse debido la segunda ola, se acabó celebrando el 12 de diciembre. 

Los festivales de música estivales esperan con ansia un buen resultado de este concierto, aunque este viernes los organizadores se han mostrado prudentes. "Este no es el modelo definitivo, y seguramente de aquí en verano nos tocará hacer más pruebas. Pero trabajamos con la idea de recuperar actividad de cara al verano, entendiendo la diversidad de festivales existentes", ha expuesto Jordi Herreruela, del Festival Cruïlla. "Hoy empezamos la remontada, pero una remontada basada en el rigor y el trabajo", ha proclamado. Como Herreruela, el director del Vida, Daniel Poveda, ha valorado este como "un gran paso adelante y una primera piedra", también en la línea de trabajo conjunto de un sector muy afectado por la crisis del coronavirus.

La presentación del concierto, que tendrá un coste de 200.000 euros –de los que se recuperarán 90.000 con entradas– ha contado con la presencia de las conselleras de Salud y Cultura, Alba Vergés y Àngels Ponsa, respectivamente, y la alcaldesa Ada Colau.

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