viernes. 19.04.2024

Uno de los bomberos de a iniciativa solidaria, Ernesto Almagro, de 39 años, mandó el pasado día 25 de junio un correo a la jefatura de bomberos, en representación del sentimiento de un grupo importante de sus compañeros. Durante los meses más duros de la pandemia, cuando el país se encontraba herido, varios de ellos dieron el paso de organizarse y ayudar a la ciudadanía. Sus "horas de fuego", es decir, trabajo en incendios, habían descendido de manera considerable y tenían la necesidad de no sentirse parados.

Se comenzaron a organizar para realizar repartos de comida solidarios a comedores sociales. Por los últimos días de marzo, las imágenes de las colas y afectados por la pandemia que necesitaban comida eran desoladoras, las colas iban aumentando día tras día, haciendo la situación insostenible y llevando a los altruistas bomberos a ampliar su horario fuera de sus guardias, es decir, sus días libres.

Ya en abril, la jefatura de los bomberos pasa a hacerse cargo de la iniciativa solidaria, para una mejor organización, y en mayo, tan solo un mes después, el director de Emergencias decide ordenar el pago de las horas que trabajen os bomberos en el reparto de comida, remunerando lo que en un principio se trataba de un acto puramente altruista, en lo que para muchos podría ser un gesto de solidaridad por el cuerpo de seguridad que ha dado sus horas de trabajo por las personas, o como una manera de "prostituir" el trabajo que habían hecho, quitándole el factor altruista a la ecuación.

En aquel correo a modo de protesta, Almagro a modo de representante del gran grupo que siente que sus labores se han ensuciado escribió: “No quiero salir a la calle y que me señalen como que los bomberos hemos obtenido un beneficio de la pandemia ayudando a la ciudadanía, lo veo inmoral”. Sin embargo, sus jefes destinaron más de 50.000 euros a la remuneración de esos trabajos voluntarios.

El día 14 de marzo de 2020 quedará marcado en el calendario de nuestra historia para siempre. Ese día comenzó la cuarentena a nivel nacional que congeló por completó cualquier actividad del país, debido a la situación sanitaria provocada por el Coronavirus. Los sanitarios se convirtieron en nuestros héroes sin capa y "trajes de astronauta" en la primera línea de combate contra el virus. La economía de España se vio afectada por completo, llevando a las familias e individuos más vulnerables a no tener ni para comer. Esta situación llevó a muchísimas entidades a ayudar de manera solidaria con repartos de comida y otros víveres a los más necesitados. Y en el ojo del huracán del país, la capital, Madrid. La más afectada de todas las comunidades y ciudades por el Covid.

A todas estas organizaciones y grupos solidarios se unen los voluntarios del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, de los cuales nadie tiene la menor idea de porqué sus labores pasaron de ser unas acciones solidarias a unas remuneradas como cualquier otro trabajo. Enrique López Ventura, director de Emergencias, justifica a día de hoy el pago de su trabajo debido a "el aumento de los puntos de reparto, ya que también desde el área de Familias se solicitaban esas labores a los Bomberos”. Pero, el propio Ventura se contradice, pues en unas declaraciones realizadas el pasado 3 de abril afirmaba que la asociación de bomberos colaboraba ya con el Área de Familias.

¿Qué hizo que este trabajo solidario nacido con la única intención de ayudar a una población necesitada se pervirtiera? Ventura declara que “se valoró la labor como trabajo administrativo, lo que significa unos 15 euros por hora”. Sin embargo, ante la opinión pública estos trabajos han hecho ver a los bomberos como unos de los héroes de la pandemia.

El pago se realizó en dos distintos periodos, un primer mes, dotando a los bomberos de 25.145,50 euros por sus labores de reparto de comida, tras otro periodo de 30 días realizando la misma labor el pago sería el mismo haciendo que la cantidad se elevase a algo más de 50.000 euros según ha podido informar El País, gracias al portal de transparencia de CCOO.

Muchos de los integrantes del grupo solidario de bomberos abandona tras la polémica el grupo formado con la intención de ayudar a la población, algunos otros anuncian que el dinero recibido lo destinarán a alguna ONG, incluso llegando a haber algunos como Ernesto Almagro, que realizan una carta de protesta a sus superiores, responsables de Emergencias por lo sucedido, en la que califican de "vergonzosos" los hechos. Aunque de estos últimos ninguno ha recibido una respuesta de sus superiores.

Almagro es participe en los repartos de comida entre mediados de marzo y mediados de mayo, pero acaba enviando el documento a modo de queja para denunciar que  “el fondo de estas iniciativas” era bueno, pero “la forma en las que se ha realizado, no”. En el mensaje recuerda también las labores de fontanería, entre otras, de sus compañeros en el montaje del hospital de emergencias de Ifema de manera voluntaria y sin cobrar. ¿Quién gana con esto realmente? “No podemos mancillar el nombre de una entidad que lleva más de un siglo como es Bomberos de Madrid”.

Por otro lado está la visión del director de Emergencias de la situación, esta remuneración puede ser un regalo o una compensación por sus buenas actitudes, es cierto que en ningún momento buscaban ganar dinero haciendo algo voluntario y solidario, pero este dinero podrían ellos mismos destinarlo a mejorar la situación de personas cercanas o, como muchos han decidido, donarlo a ONG. El recibir dinero por un trabajo nunca es la perversión de las acciones, es una recompensa por el esfuerzo realizado, ya cada uno puede invertir el dinero recibido como le plazca, pero eso ya es otra cuestión que forma parte de este debate polémico.

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