16 de julio de 2020, 13:38
Un agente de policía de Michigan, Estados Unidos, hizo su patrulla como todos los días, para su sorpresa se encontró con una madre muy agobiada. La mujer se encontraba llorando y gritando auxilio, ya que su bebé, de tan solo tres semanas, no podía respirar.
El policía giró el cuerpo de la niña y le propinó varias palmadas en la espalda, adecuadas a sus pocos días de edad, hasta que consiguió que volviese a llorar y a respirar con normalidad.