jueves. 28.03.2024

Donald Trump , quiere que la vacuna contra el coronavirus llegue lo más rápido posible. La intención está escrita en el nombre del plan del Gobierno federal organizado para asegurar su distribución en el país: Warp Speed Operation. Literalmente, operación Velocidad de la Luz.

Su intención es subvencionar con miles de millones de dólares la producción de vacunas antes incluso de que hayan pasado las pruebas clínicas finales, para que en cuanto se sepa que son eficaces y seguras se pueda comenzar la producción de inmediato.

Un plan caro y polémico: el Congreso critica la opacidad del proceso de selección y posibles conflictos de intereses

Su objetivo es tener 300 millones de dosis listas en enero del 2021, suficientes para proteger hasta el 90% de los estadounidenses. “Un esfuerzo científico, industrial y logístico masivo diferente a todo lo que nuestro país ha visto desde el proyecto Manhattan”, asegura el presidente estadounidense en alusión al plan que llevó al desarrollo de la bomba nuclear en los años 40.

En una primera fase, el Gobierno seleccionó catorce proyectos de vacuna. Hasta ahora su mayor contrato, valorado en 1.600 millones de dólares, es Novavax. La pequeña y desconocida farmacéutica de Gaithesburg (Maryland) planea tener la vacuna contra la Covid a finales de este año.

A cambio de la ayuda, la empresa se compromete a entregar 100 millones de dosis –suficientes para unos 50 millones de personas, aunque aún debe determinarse si será necesario aplicar dos por individuo– empezando su distribución a finales del 2020. El anuncio provocó cierto asombro: la empresa biotecnológica no ha puesto nunca un producto propio en el mercado. 

Los ensayos de la vacuna de Moderna, realizados en colaboración y con fondos del NIAID (Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dirigido por el prestigioso doctor Anthony Fauci) han costado por ahora unos 4.200 millones. Moderna, que trabaja en una inmunización basada en tecnología genética que nunca se ha usado antes en vacunas, ha recibido unos 500 millones. De acuerdo con la agencia Reuters, el retraso anunciado esta semana en el comienzo de la fase 3 de las pruebas se debe a diferencias entre los científicos de la empresa y del Gobierno.

Desconfianza de la sociedad: Solo el 50% de los estadounidenses están decididos a vacunarse contra la Covid

Según la Vanguardia, los criterios con los que se está llevando a cabo la selección de candidatos son demasiado opacos para el gusto del Congreso, que ha reclamado más información sobre cómo se está gastando el dinero. La operación está liderada por un exejecutivo de GlaxoSmithKline (GSK) , Moncef Slaoui, y el general Gustave Perna, experto en logística, y cuenta con los medios de varias agencias del Departamento de Salud y el Pentágono. El proyecto tiene un presupuesto de 10.000 millones de dólares pero el Gobierno cuenta con acceso a otras líneas de financiación internas.

“Vamos a pedir cuentas a esta Administración para evitar que se repitan los errores y retrasos del pasado”, advirtió la senadora demócrata Patty Murray en la apertura de una reciente audiencia. Los senadores pidieron información sobre los criterios de selección de candidatos, el tipo de investigaciones que se está privilegiando, los riesgos de reducir la lista de beneficiarios y posibles conflictos de intereses.

El Gobierno ha dicho que donará los beneficios obtenidos por su venta. Contratado como empleado externo, Slaoui mantiene acciones en otras empresas biotecnológicas implicadas en la búsqueda de una vacuna contra el coronavirus.

Por otro lado, varios expertos han advertido del riesgo de que el secretismo que rodea al proyecto alimente las ya de por sí arraigadas teorías conspirativas sobre las vacunas en EE.UU. y lleve a parte de la población a darle la espalda. Solo el 50% de los estadounidenses están decididos a vacunarse contra la Covid cuando haya un producto disponible, según una encuesta publicada en mayo por la Universidad de Chicago y la agencia AP.

¿Compartirá EE.UU. sus hallazgos con el mundo?

 Algunos especialistas lo dudan. “Hay muchas razones para pensar que la Administración Trump no compartirá de manera equitativa vacunas y medicinas esenciales para combatir la pandemia. Ha operado de acuerdo a su plataforma América Primero y parece claro que se querrá asegurar la mayor parte de la producción mundial”, ha declarado a la agencia Efe Lawrence Gostin, director del Instituto de Salud Global de la facultad de Derecho de Georgetown.

“Este poder para acaparar será mayor si EEUU. es el primero en conseguir la vacuna”, añade Gostin, que evoca el precedente de la orden de la Casa Blanca de comprar casi toda la producción de remdesivir, de la farmacéutica estadounidense Gilead, que ha demostrado eficacia en pacientes graves de la Covid-19.

Trump, dispuesto a tener 300 millones de dosis que protejan al 90% de los...