Con Biden en el ojo del huracán por los conflictos internacionales que han llevado a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Trump vuelve a aparecer por el horizonte mostrando sus intenciones para futuro, tras sus polémicas declaraciones donde elogiaba a Putin por ser un buen estratega.
El ex-presidente de los Estados Unidos tiene intenciones de volver a sentarse en la Casa Blanca en un futuro cercano, o así lo declaró en el cierre de la penúltima jornada de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), con las declaraciones de "lo hicimos dos veces, lo haremos una tercera", refiriéndose a las elecciones que participó como candidato.
Desde su derrota en las pasadas elecciones, Trump ha estado tirando fango al gobierno de Biden, como aquella vez que intentó impugnar la votación. En el discurso de la jornada de los conservadores, el político y magnate empresarial mostró algunas de sus propuestas para cuando vuelva a la Casa Blanca a modo de campaña, un discurso similar al habitual, buscando la prohibición de la entrada a EEUU de "millones de inmigrantes ilegales".
El empresario recuperó gran parte de su discurso de campaña contra Hillary Clinton y el tono discursivo que empleó en el 2020 y sus continuas referencias a China, recuperando hasta el viejo slogan de Make America Great Again. Entre sus medidas más sonadas del discurso se incluye la exigencia de un pago de millones de dólares a China por todas las molestias causadas por el Covid, la independización energética de EEUU y la recuperación de la seguridad fronteriza, la cual alega que se ha perdido con Biden.
El expresidente se refirió en reiteradas ocasiones a Biden y a su gobierno como "maligno", "corrupto", "estúpido", "débil" e "incompetente". Ante un público entusiasmado que aplaudía y coreaba eslóganes, el dirigente republicano prometió revertir todas sus políticas "patéticas" y "dañinas" de la actual Administración.
Y no desperdició la oportunidad de utilizar la situación de Ucrania en su discurso, alegando que Putin tomó la decisión tras ver la retirada de Afganistán y se comprometió a desagraviar a los militares "humillados" con esa "rendición". Por último, el expresidente presumió de una realidad que le diferencia de los últimos presidentes como Obama, Bush o Biden: "Soy el único presidente estadounidense del siglo XXI en cuyo mandato Rusia no ha invadido otro país".
