Suecia supo contener el virus al inicio de la pandemia pero ahora ha tenido que endurecer las restricciones por el avance en los datos. Stefan Löfven, el primer ministro sueco, ha tenido que prohibir en bares y restaurantes la venta de alcohol pasadas las 22h y los locales con licencia para bebidas alcohólicas deberán cerrar media hora más tarde como máximo. Estas nuevas medidas se suman a la limitación de ocho personas en una mesa pero, de momento, sólo es una propuesta de ley que tiene que aprobar el Parlamento.
Estas restricciones se centran en la hostelería ya que fuera de bares y restaurantes sólo se venden en tiendas especializadas que cierran siempre antes de las 20 horas. Hasta ahora no había hecho falta poner prohibiciones ya que se han nutrido de recomendaciones para frenar la pandemia que habían sido efectivas hasta ahora.
El primer ministro confirmó el aumento de casos dado que hay menos personas que están cumpliendo las recomendaciones, por lo que se ha visto obligado a endurecer las medidas para que la población sea consciente de la situación. Los pacientes ingresados en la UCI se han doblado en una semana, los nuevos contagios aumentan cada día al igual que los fallecidos. Estos datos son preocupantes para el país escandinavo que durante la primera ola supieron parar la subida de casos.
En la actualidad, en el 75% de la población de Suecia se ha tenido que endurecer las restricciones, basadas en las relaciones con personas fuera de nuestro núcleo de convivencia. Por ejemplo, en Estocolmo han impuesto que solo se salga para hacer compras importantes, ir a trabajar y evitar lugares públicos con mucha gente.
