viernes. 29.03.2024

El avance en el ritmo de vacunación permite a Portugal volver a plantearse un proceso de desescalada que se había paralizado en las últimas semanas por el avance de la variante Delta del coronavirus. Su primer ministro, António Costa, ha anunciado que la restricciones contra la COVID-19 se irán relajando a partir del próximo domingo, 1 de agosto. El primer paso es levantar el toque de queda en todo el territorio nacional, aunque pondrá en marcha el certificado de vacunación. 

Para poder aliviar a la ciudadanía, las autoridades consideran necesario empezar a aplicar otro tipo de restricciones que ayuden a evitar una nueva ola de contagios. Por eso, el Ejecutivo pone en marcha el certificado COVID en todo el país, no solo en las zonas con mayor incidencia. Será obligatorio para entrar en bares, restaurantes o gimnasios, aunque también podrá presentarse una test de antígenos negativo.

Tres fases en función del ritmo de vacunación

El nuevo plan de desescalada en Portugal se plantea en tres fases y, en principio, concluirá el próximo mes de octubre. La iniciativa viene acompañada del buen ritmo de vacunación e "irá gestionándose en función de la tasa de vacunación", ha explicado Costa durante la rueda de prensa en la que presentaba las medidas acordadas en el Consejo de ministros

Las autoridades portuguesas consideran que la vacunación contra la COVID ha permitido una "gigantesca diferencia" entre la actual ola de coronavirus que vive el país respecto al resto a las que han tenido que hacer frente, cuando aún su población no había empezado a inmunizarse contra la enfermedad.

Siguiendo el esquema -en función de la tasa de vacunación- el Gobierno prevé levantar nuevas restriccionesen función de estas tres fases: cuando el 57 % de la población esté inmunizada, cuando lo esté el 75 % y, por último, que supondrá el fin de la desescalada, con el 85 % con ambas dosis inyectadas.

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