sábado. 20.04.2024

Celebrar una boda es un acontecimiento feliz en la que divertirse con la familia, las amistades, un día inolvidable y alegre que deben recordar tanto los novios como sus invitados e invitadas. Sin embargo, la COVID-19 este año ha provocado que muchas bodas se cancelen o se aplacen, aunque algunas se han celebrado con las medidas de seguridad oportunas. Algunas parejas no han querido que la pandemia mundial que vivimos les destrozara meses de preparativos, de nervios, de mucho trabajo y han celebrado sus ceremonias de matrimonio. 

Carlos Muniz y Grace Leimann son una pareja del Estado de Texas (Estados Unidos) que ha celebrado su boda, pero de una manera totalmente atípica. Carlos Muniz contrajo la COVID-19, pero eso no ha impedido que la feliz pareja se casara, ya que lo han hecho en el propio hospital donde el novio estaba ingresado. Para que se pudiera celebrar el convite una de las enfermeras de Muniz ayudó e hizo posible que la boda se celebrara. También esta enfermera solidaria tuvo el apoyo de otros compañeros de trabajo.

La semana previa a la boda en vez de salir de fiesta y despedirse de su soltería, Muniz estaba luchando con la COVID-19 en la UCI del Methodist Hospital de San Antonio y conectado a una máquina, la ECMO, de oxigenación por membrana extracorpórea, Una última semana de soltería, por desgracia, totalmente inusual. 

Matt Holdridge, uno de los enfermeros que colaboraron en la organización de la boda, declaró a la CNN en una entrevista que "mucha gente empezó a ofrecerse como voluntaria" y que "la "pelota" simplemente empezó a rodar desde allí". Además, el enfermero señala que algunas veces proporcionar a los enfermos que están críticos dosis de positivismo puede resultar fundamental en su recuperación. Ese fue el caso de Muniz, quien después de casarse tuvo una recuperación bastante satisfactoria. Según Holdridge, "pudimos quitarle la sonda de alimentación y pudo comer y beber solo". Además, destaca que su imagen mejoró, en general, mucho.

Muniz y Leimann se casaron el pasado 11 de agosto con la distancia social pertinente, él recostado en la cama y ella de pie a su lado. La novia vistió de blanco y llevaba un velo que le iba a juego. También se le pudo ver la mascarilla obligatoria. Por su parte, el novio vistió con una camiseta con el dibujo de un esmoquin, una prenda tan original que también la llevaba el padrino, el enfermero Holdridge. Ambos también tenían puesta una mascarilla negra que iba a juego con sus vestimentas.

El padrino, señalo en su entrevista a la CNN que organizar esa boda fue muy gratificante, sobre todo, teniendo en cuenta estos momentos tan diferentes y duros que vivimos debido a la pandemia mundial de la COVID-19. Asimismo, señala que el acontecimiento no solo produjo felicidad a los novios, sino que para el personal del hospital también fue muy emocionante. Según palabras de Holdridge: "Lo necesitábamos tanto como ellos".

Este ejemplar y emotivo caso demuestra que, incluso en malos tiempos, como el actual por la COVID-19, el amor puede triunfar. A continuación, se puede ver el vídeo de la boda de Muniz y Leimann que se celebró en el Methodist Hospital de San Antonio.

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