jueves. 28.03.2024

La pandemia ha multiplicado las violencias que sufren las mujeres en todo el mundo. Antes de la llegada del virus, una de cada tres mujeres sufría violencia física o sexual. Desde 2020, las llamadas a líneas de atención en casos de violencia en los hogares se han multiplicado en todo el mundo. Las mujeres en situación de pobreza, las mujeres y niñas migrantes, las que están en situación legal irregular o son racializadas sufren de manera directa y multiplicada múltiples violencias; muchas de estas mujeres ni siquiera se atreven a denunciar por miedo a no ser creídas o incluso a ser detenidas. En algunos países, los recursos que se destinaban a brindar apoyo a mujeres víctimas de violencia se han desviado a paliar los efectos de la pandemia. En muchos lugares, la persecución a mujeres activistas y defensoras de derechos humanos se está convirtiendo en norma.

Este 25 de noviembre de 2021, La Coordinadora de ONG de Desarrollo exige el fin de las violencias contra las mujeres y contra las niñas y adolescentes. Enmarcadas en la campaña de las Naciones Unidas "Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres", ampliamos nuestro enfoque a una perspectiva feminista que integra todo tipo de agresiones.

Más allá de las violencias más visibles y extremas, como la violencia sexual o los feminicidios, existen otras muchas que normalmente pasan desapercibidas. Esta realidad se produce por la normalización que el sistema en el que vivimos hace de estas violencias: un sistema patriarcal, machista y racista.

Es urgente erradicar los pilares que sustentan ese engranaje, los elementos estructurales que justifican las agresiones, discriminaciones, desigualdades y obstáculos que sufren las mujeres, las niñas y otros colectivos invisibilizados o considerados fuera de la norma general. Una tarea en la que los gobiernos tienen una responsabilidad ineludible.

La responsabilidad de los gobiernos

Como organizaciones de cooperación y de solidaridad internacional, demandamos que el enfoque feminista empape el conjunto de las políticas públicas. Una cuestión que debe garantizarse desde el enfoque de coherencia entre unas políticas y otras; es decir, toda a acción del Gobierno –económica, educativa, migratoria, medioambiental, de salud, dependencia, etc. – debe incluir esa amplia mirada feminista.

Cumplir con esta tarea supone, en realidad, cumplir los compromisos asumidos. El pasado mes de junio, el Foro generación igualdad aprobó un Plan de aceleración mundial por la igualdad de género. 250 jefes y jefas de Estado y de gobierno (entre ellos, España), activistas, organizaciones internacionales, fundaciones y empresas se comprometieron a realizar acciones concretas a favor de la igualdad de género. Sus compromisos se agrupan en seis ejes llamados "Coaliciones de acción".

Cada una de ellas se centra en un tema prioritario para garantizar los derechos de las mujeres y la igualdad de género en todo el mundo; en todas ellos, se lucha contra las violencias estructurales sufridas por las mujeres. España asumió el liderazgo de la número dos, dedicada a la justicia y los derechos económicos. Además de su liderazgo en esta línea, recordamos al Gobierno el cumplimiento de los 26 compromisos que adquirió en el marco de este Foro.

Múltiples violencias, enormes consecuencias

La violencia estructural que sufren mujeres y niñas se manifiesta en la desigualdad de oportunidades, la discriminación sexual, capacitista, étnica y racial en todos los ámbitos de la vida. Esto incluye las condiciones laborales: informalidad, precarización, desempleo masivo, diferencia salarial. Incluye también la violencia cultural que se ejerce desde las religiones, el arte o el lenguaje; la violencia psicológica, las amenazas. El impacto del cambio climático es más agudo en la vida de las mujeres (ligadas a la tierra y a los cuidados colectivos).

También se produce una exclusión en los espacios de toma de decisiones, en las políticas públicas, en la escasa participación se las mujeres en los procesos de negociación y construcción de paz. Se invisibiliza las contribuciones femeninas a los cuidados y al sostenimiento de la vida; las jornadas eternas de trabajo y la falta de tiempo propio. Sin olvidar la violencia sexual, la ciberviolencia, la trata de personas o los embarazos y matrimonios tempranos y forzosos.

En todo el planeta, millones de mujeres, de personas, claman por un mundo en el que prime la igualdad de género. La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo se suma a todas ellas y exige que se tomen de manera inmediata las medidas necesarias para conseguirlo. Sembrar igualdad hoy supone cosechar una generación libre de violencias mañana. Llamamos a las movilizaciones que en el territorio español y en todo el planeta claman por un mundo libre de violencias machistas. Las mujeres y las niñas no pueden esperar más; el momento es ahora.

Las mujeres se movilizan este día 25 para condenar la violencia de género