El pasado jueves, el conductor de un coche que paró en un restaurante de Brainerd, una pequeña localidad del estado de Minnesota, EEUU, pidió que además de su pedido quería pagar también la cuenta del coche que iba tras él.
Tras pagar las dos comidas, el hombre se marchó y el conductor del siguiente coche, sorprendido, decidió pagar también la comida del siguiente coche. De esta forma, dio comienzo una fila solidaria que, en los últimos días, ha alcanzado la cifra de 900 coches.
Tia Jensen, encargada del restaurante, explicó a CNN que esto había sucedido antes pero que nunca había alcanzado a tantas personas y que "Hay diferentes tipos de formas de ayudar a las personas. Creo que esto (el coronavirus) tocó a mucha gente que ni siquiera sabíamos, más profundamente de lo que sabemos. Y no sabes lo que está pasando en la vida de una persona".
El último cliente del día dejó un billete de 10 dólares para que al abrir el día siguiente el primer cliente en llegar se encontrara la comida pagada.
