sábado. 20.04.2024

Redacción.- La justicia francesa dio este jueves la razón a los propietarios de un gallo en una localidad turística en la isla francesa de Oleron que se ha convertido en símbolo de la vida rural, a los que habían denunciado unos vecinos que se quejaban de la molestia que les causa el canto del animal.

El Tribunal de Rochefort (oeste) impuso a los denunciantes, una pareja originaria del centro de Francia que tiene una segunda residencia en Saint-Pierre-d'Oléron, el pago de 1.000 euros por daños y perjuicios a la dueña del gallo, Corinne Fesseau, explicó a Efe su abogado, Julien Papineau.

Además, tendrán que abonar los gastos del procedimiento y no hay posibilidad de recurso.

Un juez francés "autoriza" los cantos de un gallo denunciado por los vecinos como...