viernes. 29.03.2024

El cardenal y arzobispo de Lyon Philippe Barbarin volverá a presentar su renuncia al Papa Francisco, después de haber sido absuelto por un tribunal de apelación francés del delito de encubrir los abusos sexuales cometidos en su diócesis, por el que había sido condenado en primera instancia a seis meses de prisión con suspensión de pena.

"Voy a volver a poner mi cargo en manos del Papa Francisco", ha anunciado Barbarin en un vídeo publicado este jueves por la diócesis de Lyon. "Tomará el tiempo que quiera antes de decidir. Será para la Iglesia de Lyon la ocasión de abrir un nuevo capítulo", ha añadido.

En marzo, tras la condena, el cardenal francés ya había presentado su dimisión al Papa Francisco, aunque el Pontífice no la aceptó a la espera de que se pronunciara el tribunal de apelación.

Después de eso, el purpurado se alejó de la primera línea de las labores pastorales y dio a entender que no volvería a dirigir la diócesis de Lyon fuera cual fuera el resultado de su recurso.

Barbarin, de 69 años, fue acusado por asociaciones de víctimas de haber ocultado los abusos y violaciones cometidas por el clérigo Bernard Preynat entre 1971 y 1999, quien estuvo en activo hasta agosto de 2015, y finalmente reconoció los hechos. La sentencia definitiva contra el sacerdote acusado de cometer estos abusos se dictará el próximo 16 de marzo.

En las declaraciones de este jueves tras la sentencia, Barbarin ha asegurado que "las víctimas están todos los días" en sus "oraciones" y que lo seguirán estando.

El clérigo era uno de los más influyentes de Francia, muy cercano al papa Francisco, de quien depende ahora su futuro.

Defensor de las tesis más tradicionalistas de la Iglesia francesa, alcanzó con solo 52 años uno de los puestos más relevantes de la jerarquía francesa, el de arzobispo de Lyon, desde el que encabezó los más duros ataques contra reformas como el matrimonio homosexual, el uso del preservativo o el aborto.

Según Le Figaro, el caso le ha afectado y ahora busca alejarse de una diócesis donde su nombre ha quedado profundamente marcado por las acusaciones vertidas contra él.

El diario asegura que puede regresar como misionero a Madagascar, donde ya ofició en su juventud, o servir cerca del Santo Padre en Roma.

Sus abogados celebraron la absolución, que consideraron lógica porque el juicio abierto contra él iba destinado a hacerle "purgar todos los pecados cometidos" por la institución, lo que convertía a su cliente en una "víctima expiatoria". Esto no se corresponde con un proceso penal, tal y como había reclamado también la Fiscalía, que pedía la exculpación del purpurado.

Sólo las asociaciones de víctimas mantienen su acusación, al considerar que Barbarin calló y que, por tanto, es cómplice de su sufrimiento. De ahí que hayan anunciado que la sentencia será recurrida.

Tras la euforia que vivieron en primera instancia, la absolución fue un jarro de agua fría para las víctimas, aunque estiman que el combate ha merecido la pena.

François Devaux, presidente de la asociación 'La palabra liberada', que agrupa a varias víctimas y que logró llevar a Barbarin ante los tribunales, aseguró que no se arrepiente de haber tenido contra las cuerdas al arzobispo.

"Gracias a este proceso ha emergido una cierta toma de conciencia que ha faltado durante años", dijo en el tribunal tras conocer la sentencia.

Su lucha se centra ahora en el Supremo, pero también en otro tribunal cercano, el que juzga a Preynat, cuya vista se celebró a mediados de enero y cuyo veredicto será conocido el próximo 16 de marzo. Desposeído por la iglesia de su condición sacerdotal, el exclérigo reconoció los hechos, pidió perdón a las víctimas y contra él la Fiscalía pidió una pena de, al menos, ocho años de cárcel.

El cardenal francés Barbarin presentará de nuevo su dimisión al Papa tras ser absuelto...