miércoles. 24.04.2024

Los hallazgos de un investigador estadounidense en 1956 podrían ser determinantes para el estudio de las propiedades de estos crustáceos.

Su preciada sangre, podría salvar cientos de vidas. Una propiedad, concerniente a su robusto sistema inmunológico, ha sido la esperanza de cataclismos e infecciones. Estos fósiles vivientes, con caparazones cobrizos, flotan entre las olas con un aspecto similar al de las tortugas. Bata con versos boca abajo para apreciar sus similitudes con los arácnidos. Incluidos en la lista de animales vulnerables, la familia de artrópodos continuará siendo utilizada para fines médicos.

La sangre de estos parientes de las arañas se emplea para realizar pruebas de endotoxinas a todos los inyectables. Un compuesto que contiene hemocianina, proteína rica en cobreque que se torna azul en contacto con el oxígeno. Las células, llamadas amebocitos, provocan la coagulación del líquido corporal si detectan la presencia de toxinas de bacterias. La función de las mismas es inmovilizar e impedir que contaminen el organismo. 

Dos científicos de la Universidad Johns Hopkins, rescatando estos hallazgos, han diseñado el lisado de amebocitos de Limulus o LAL, convertido en el test estándar en farmacología. El descubrimiento permitirá verificar la seguridad de medicamentos inyectables, vacunas, prótesis e implantes.

La sangre de estos animales se vende a 15.000 dólares el litro, lo que apremia su captura. Un proceso rústico de extracción en el que son inmovilizados para perforarles el caparazón, llegando al corazón con una aguja hasta sacar el líquido corporal. Pasadas 72 horas, son devueltos al mar. Se calcula que en una semana recuperan el volumen de sangre normal, aunque una cifra muy elevada no sobrevive al proceso.

La a especie sólo habita en el Atlántico Norte (de Maine a Yucatán) y varios países de Asia oriental. Su población se ha visto reducida drásticamente durante el último siglo como consecuencia de la contaminación, la pérdida de hábitats naturales y la sobrepesca (antes se usaron como fertilizante y pienso, ahora de nuevo como cebo), de ahí las campañas de concienciación para protegerlos e impulsar pruebas que sustituyan al LAL, ya disponibles.

La Farmacopea de EE.UU, que acaba de aceptar una alternativa sintética a los extractos del animal, explica que “dada la importancia de las pruebas de endotoxinas para la protección de los pacientes, el comité decidió que finalmente era necesario contar con más pruebas prácticas”.

La decisión es lamentada como "una locura" para el responsable de Revive and Restore, Ryan Phelan, un grupo de oenegés por la conservación del cangrejo herradura. Aunque la población es actualmente estable, probar y fabricar nuevas inmunizaciones requerirá una enorme cantidad de sangre animal. A pesar de ello, se descarta el riesgo de desabastecimiento. 

La vacuna contra la Covid, extraída de uno de los habitantes más antiguos del planeta, se postula como salvación de la crisis sanitaria. 

La contribución del cangrejo de sangre azul a la vacuna contra el Covid-19