jueves. 05.10.2023

Fátima Ofkir Reyes es una joven de 21 años de Barcelona que hace tres años, mientras estaba en un hotel en Omán, encontraron en su habitación siete kilos de morfina. Desde ese día, que cumple condena en la prisión de Mascat, su madre Rosario no ha dejado de intentar que salga de la cárcel y vuelva a España.

Fátima tenía 18 años cuando llegó a Omán con el objetivo de traficar con una caja de morfina a España. Una vez en la habitación de hotel y ya en el último momento, se arrepintió. Cuando llamó a su contacto para informarle que no quería viajar con la mercancía, ya era tarde.

La joven intentó solucionar su error llamando a la policía, confesando donde estaba la droga y ayudando en la detención de dos personas más. Pero a pesar de su colaboración, no se libró de su condena de cárcel de 8 años. Además, el problema se agrandó cuando en el cambio de sultán se endureció la condena por estos delitos de tráfico y la pena de cárcel de Fátima aumento de 8 a 25 años. El caso ha empeorado con el tiempo y desde hace tres meses la joven está condenada a cadena perpetua por un delito de pertenencia a banda internacional de tráfico de drogas.

"Fátima no dice que sea inocente, pero sí que fue un error del que desistió. Además, informa a la policía de que una persona está viajando desde España para recoger la mercancía, que ella se negó a transportar. Colaboró desde un primer momento", declara su abogada, Mónica Santiago.

Desde que Fátima cometió el error de viajar a Omán, su vida ha sido un caos. Vive en muy bajas condiciones, está obligada a llevar burka, tiene que rezar las cinco veces al día que obliga la religión musulmana y tan solo pude realizar llamadas de dos minutos dos veces al mes.

La abogada de la joven sigue intentando que la española pueda volver a casa a pesar de la complicada situación en la que se encuentra, mientras que su madre desesperada intenta saber cómo está su hija mediante ínfimas conversaciones. De hecho, la familia aún no se ha atrevido a confesarle cuál es su estado judicial en la actualidad por el estado emocional de la joven.

Rosario recalca en sus declaraciones que su hija era una niña cuando entró en prisión pero que actualmente sigue siéndolo ya que, para ella el tiempo se ha paralizado en Omán. Lo único que mantiene en pie a la familia de Fátima es seguir intentando que la joven vuelva a España.

El despacho de abogados que lleva el caso de Ofkir Reyes se han reunido con el Ministerio de Exteriores, y tras la Navidad habrá otro encuentro, para intentar conseguir que el ministerio firme un convenio con el Gobierno de Omán y Fátima sea devuelta a su país para cumplir la condena aquí.

La abogada que lleva su causa se muestra optimista por los avances obtenidos, aunque asegura que las irregularidades cometidas tras su detención, son muchas. Una de las irregularidades jurídicas más llamativas ocurrió tras la detención de Fátima cuando nadie informó a su familia de que había sido encarcelada, de hecho, Rosario se enteró por un compañero de la joven. "En un primer momento, la embajada de España en Omán facilita a la madre un listado de nombres para que decida quién se encargará de la defensa en el país. Cuando Rosario llega a nuestro despacho, completamente confundida y sin entender los detalles del proceso, iniciamos labores de investigación y descubrimos que la persona al frente de la defensa no era abogado y había derivado la causa a otro despacho omaní.”, informa la abogada asombrada.

Fátima, tras la separación de sus padres, la difícil situación económica, la depresión de su madre y su distanciamiento social, cometió el error más grande de su vida que tanto familiares como abogados están intentando enmendar.

Continúa la lucha por repatriar a la joven barcelonesa Fátima Ofkir, encarcelada en Omán