viernes. 29.03.2024

Siete meses y medio después de que fueran repatriados, ocho de los trabajadores españoles del Wuhan Three Towns F.C. han vuelto a China. De allí salieron pensando que dejaban atrás un virus que había obligado a cerrar una ciudad de once millones de habitantes y creyendo que la llegada a Madrid les ponía a salvo. El mundo empezaba a conocer los estragos de una enfermedad que en el gigante asiático se había cobrado entonces un centenar de vidas. La palabra coronavirus comenzaba a resonar en todo el planeta, pero pocos imaginaban que sus consecuencias serían tan devastadoras.

"Creo que hemos sido los únicos españoles que viniendo de fuera estuvimos en cuarentena en un hospital. Las primeras PCR que se hicieron en España nos las hicieron a nosotros. Todas fueron negativas. Las de los once de nuestro proyecto y las de los otros diez que fueron repatriados. Es cierto que comentamos que mucha gente había salido de Wuhan  y de China hasta el 23 de enero [día que la ciudad fue aislada] y que por estadística podía pasar que el virus se extendiera, pero no al nivel que ha ocurrido ni mucho menos. No pensamos que la pandemia podía ser tan global ni que podía dejar los fallecidos que por desgracia ha dejado", recuerda Pedro Morilla 

Él es director deportivo de un club que cuenta con una veintena de compatriotas en la plantilla, algunos de los cuales lograron marcharse de Wuhan antes de que fuese sellada. Todos tienen la idea de reincorporarse a sus puestos pero aquellos a los que se les ha caducado el visado de residencia en este tiempo están a la espera de una carta de invitación del Gobierno local para poder hacerlo.

"La decisión de volver siempre ha estado encima de la mesa. En cuanto la situación en China se estabilizara nosotros estábamos a disposición de la empresa para regresar. No ha sido posible hasta ahora porque la frontera estaba cerrada a los extranjeros. Se abrió en agosto para quienes tuvieran visado de residencia y de trabajo en vigor y cumpliesen todo un protocolo", cuenta Pedro. El protocolo al que se refiere pasa por un proceso burocrático ante las autoridades chinas en España y el sometimiento a una PCR tres días antes de volar.

Este sevillano y sus siete compañeros aterrizaron en Shanghai el 13 de septiembre y antes de que abandonaran el aeropuerto se les realizó una segunda prueba diagnóstica, les cogieron los datos y les asignaron códigos QR identificativos: "Así saben dónde has estado y si hay algún brote, las personas con las que has tenido contacto".

Una vez efectuados esos trámites, el pasaje fue distribuido por los hoteles que el Gobierno chino tiene concertados, y cuyo coste corre a cargo de los viajeros, porque un férreo confinamiento de catorce días forma parte de las condiciones que quienes llegan al país deben cumplir antes de poder circular por él. Pedro y su equipo han estado en el mismo pero sin poder verse. Alojados en habitaciones individuales, de las que no podían salir, les han suministrado tres comidas al día, un kit de limpieza, y sábanas y toallas cada vez que lo han solicitado. Este periodo, que han afrontado con "paciencia y tranquilidad", ha finalizado este domingo. Tras dar nuevamente negativo en Covid, el grupo ha podido poner rumbo a Wuhan.

"Las medidas que han tomado, tanto para la entrada en el país como para los ciudadanos que están aquí, son estrictas pero lo que se consigue con ello es paliar totalmente la pandemia. A este respecto, ahora mismo se está más tranquilo en China que en otros países", apunta el director deportivo. "¿Que incluso en España?", le preguntamos, a lo que responde con franqueza: "Sí, España es uno de esos países donde la situación no termina de controlarse. Hay espejos donde poder mirarse. Yo no soy político pero hay gobiernos que han optado por un control más severo, sobre todo de las llegadas y de los test masivos a la población. Así puedes identificar claramente dónde están los focos".

Desde este lunes estos profesionales podrán retomar de forma presencial un proyecto que les sigue ilusionando y del que gracias a las nuevas tecnologías no se han desvinculado pese a haber estado a miles de kilómetros de distancia. Aquel 31 de enero llegaron a España con la esperanza de que la situación en China se arreglara. Ahora retornan para "seguir perfeccionando a futbolistas y a entrenadores chinos" y esperan hacer una vida lo más normal posible pero sin duda con la mirada puesta en su tierra: "Nos toca volver a trabajar aquí pero con el trago de dejar a familiares, amigos y compatriotas en circunstancias preocupantes. Queremos que se solucionen pronto, como parece que se han solucionado aquí".

Cómo Wuhan ha conseguido paliar la pandemia