miércoles. 24.04.2024

Hace pocos meses los mayores eran el grupo más afectado por la pandemia, ahora han cambiado los tornos y son los adolescentes quienes acumulan más contagios. De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, la incidencia de los grupos de 12 a 19 años y de 20 a 29 quintuplica a la de 50 a 70. Gran parte de los adultos ya está vacunado, y es que un 40% de la población ya ha recibido sus dos dosis, pero para los jóvenes el final está un poco más lejos, y a ellos les parece una eternidad.

Las secuelas de la pandemia

Patricia de Diego, coach y Parenting Educator explica: “"Los primeros síntomas emocionales fueron el aislamiento social, la soledad, la intranquilidad, la falta de motivación y el agotamiento físico y emocional. Pero la huella que más perdura es la dependencia tecnológica y el cansancio". La experta, que ha escrito una colección de libros Mi viaje hacia la adolescencia (Mentes Fuertes) añade que "a los jóvenes, cuyas familias han sufrido pérdidas cercanas, se suman el miedo, la tristeza y la inseguridad, que pueden acompañarse de remordimiento. En estos casos, el objetivo es evitar traumas que puedan cronificarse". Patricia cuenta que ha visto como sus pacientes superaban los síntomas por ellos mismos a lo largo de las sesiones, por lo tanto las secuelas son transitorias, pero el recuerdo les durará para siempre.

Las fiestas aún tardarán un poco más

El año pasado a estas alturas los jóvenes se encontraban desilusionados, hartos, estresados, tristes, apáticos, solos… lo cual les condicionó a todos los niveles, hasta el académico, y es que tuvieron que graduarse sin graduación, dejar de lado el viaje de fin de curso y el supuesto “mejor verano de sus vidas”.

El fin del toque de queda, de la obligatoriedad de la mascarilla y la bajada de contagios crearon un ambiente de libertad en el que se crearon algunas graduaciones con aforo limitado, o algún concierto con amigos, pero tras el macrobrote de Mallorca se ha demostrado que aún no estamos preparados.

El futuro laboral se plantea inestable

Patricia de Diego señala que "los adolescentes no se plantean la vida a largo plazo, su prioridad es retomar su vida lo antes posible" los universitarios sueñan con poder estudiar fuera y estrenar el mundo laboral como becarios, aunque existe cierta desesperanza ya que La previsión es que los sueldos sean más bajos y se encuentren ante una gran inestabilidad. También el teletrabajo ha marcado un antes y un después, y hace que algunos estén pensando en dar un giro a su destino académico (77% de los jóvenes se replantean su futuro y un 37%, un posible cambio de carrera, según el estudio) para dedicarse a otra formación que prometa una mayor salida laboral como Programación de Software, Marketing Digital o Telecomunicaciones, o las profesiones asociadas a las Ciencias de la Salud.

La coach añade un lado positivo, y es que "Aunque la pandemia ha supuesto un periodo difícil y triste, volver a una normalidad relativa les permite visualizar un futuro". Además, a pesar de que este se presenta incierto, Patricia afirma que "la pandemia no los ha dejado desarmados. Les ha obligado a plantearse su existencia y a tomar consciencia de sí mismos; a desarrollar una capacidad de protección que hasta ahora no era propia de adolescentes; a encontrarse con sus miedos e inseguridades y con una toma de decisiones responsables. En definitiva, se han enfrentado a ellos mismos desde otra perspectiva y han desarrollado una capacidad de introspección".

La salud mental está por encima

La ansiedad ha sido la protagonista entre las emociones de los jóvenes esta pandemia, a ella se suman el estrés y los cuadros de síntomas depresivos. Aún así De Diego aclara que “la pandemia les ha permitido estar con ellos mismos, conocerse mejor y disponer de tiempo para pensar y analizar, algo que no podían casi permitirse antes. Los chavales poco a poco van recuperando su vida social, sus proyectos y sus ilusiones. Aquellos que se han acogido a las normas sociales y a los horarios, que han buscado alternativas razonables para entretenerse y que se han comportado con responsabilidad mantendrán sus conductas y sabrán que han desarrollando una gran capacidad de adaptación".

La presencia constante de la tecnología

El 55% de los jóvenes asegura haber alterado el tiempo de ocio con sus amigos debido a las teconlogías. De hecho un 61% piensa que las relaciones se pueden mantener online y tener amigos de diferentes países, un 84% asegura que lo más importante es el tiempo presencial. Pero ¿Qué habría sido de nosotros durante la cuarentena sin tecnología? Es gracias a ella por lo que hemos conseguido mantener el contacto, e incluso en algunos casos retomarlo con personas del pasado, “haber mantenido la capacidad de socializar fortaleza su autoestima”, explica la experta.

La importancia de los padres en la salud mental

"A los jóvenes no les podemos privar de lo que les corresponde vivir, a la vez que tenemos que continuar recordándoles que deben seguir actuando con precaución, prudencia y sensatez, porque aún no se ha acabado la pandemia", opina la coach. Asegura que los padres pueden "enseñarles a mirar hacia delante para que continúen ilusionados con sus vidas y puedan seguir evolucionando". Por otro lado, la mayoría de los adolescentes estás pensando o disfrutando de sus vacaciones de verano, "pero también siguen adelante con sus proyectos académicos para el próximo curso y continúan el aprendizaje de destrezas como los idiomas, deportes, música, danza, etc., Por supuesto, quieren divertirse y necesitan vivir lo que les corresponde a su edad".

La experta recomienda a los padres transmitir optimismo cuando se hable de futuro, pero siempre de manera real y natural, para que entiendan que hay momentos en la vida en los que se ha de ser maduro y prudente. Y dejarles claro que ellos "ya están plenamente preparados para posibles escenarios inciertos a lo largo de su vida".

¿Cómo vivirán los jóvenes el fin de la pandemia?