jueves. 18.04.2024

Millones de ciudadanos chinos celebran este jueves el Día Nacional de China dejando atrás la pandemia de coronavirus. Desde Pekín, las autoridades nacionales animan a sus compatriotas a viajar durante esta semana de vacaciones y a no olvidar la victoria sobre la covid-19. Mientras tanto, el resto del mundo sigue luchando contra esta enfermedad que ya ha superado el millón de muertos y que amenaza con convertirse en la peor amenaza de la historia para el orden económico mundial.

El pasado 8 de septiembre, el doctor Zhong Nanshan, uno de los mayores expertos locales en enfermedades respiratorias proclamaba en un acto en la capital el final de la pandemia de coronavirus. 

"Hemos derrotado el actual brote".

China ha pasado en estos nueve meses de pandemia de ser la vergüenza del mundo a mostrarse orgullosa por su capacidad para derrotar una enfermedad que destruye las economías nacionales y amenaza con socavar los sistemas sanitarios públicos.

Una encuensta realizada a principios de septiembre por el diario local Global Times, muestra la satisfacción de los habitantes. Según este medio, más del 63 por ciento de la población china cree que el país tardará menos de un año en recuperar la situación previa a la pandemia, y de estos, el 21,3 % confía en que lo haga en menos de seis meses.

Las calles de Pekín se han llenado estos días de grandes murales con fotos en las que se rinde homenaje a los sanitarios chinos por su papel en la derrota de la pandemia. Se trata de un esfuerzo de memoria para no olvidar los duros meses en los que la población de Wuhan, primero, pero también del resto del país se encerró de forma absoluta para detener el aumento de contagios que se cree comenzó en el mercado local de animales vivos de la capital del Estado de Hubei.

Otra de las ciudades más afectadas, Wuhan, hace meses que los ciudadanos pasean con normalidad por sus calles. Muchos de ellos ya no se protegen con mascarillas debido a que no son obligatorias, al contrario que en otros muchos países. 

No hay restricciones de aforos que impidan a los restaurantes estar a rebosar de clientela. Parece que nadie recuerda ya los duros meses de confinamiento que arrancaron el 23 de enero ante las sospechas de un virus desconocido que causaba una elevada mortalidad y contra el que no había tratamiento alguno más allá de la suerte o la esperanza.

Pero desde el 9 de marzo,  ha visto descender el número de casos diarios por debajo de los cien contagios, una cifra que ha llegado hasta hoy con menos de una decena de nuevos casos al día.

Ahora vemos multitudes celebrando la normalidad mientras en los bares y centros de ocio del resto del mundo languidecen sin clientes por miedo a los continuos contagios y rebrotes.

Más de 242 millones de estudiantes chinos volvieron a las aulas el pasado martes 1 de septiembre. Las autoridades sanitarias y educativas exigieron a las familias que 14 días antes de la vuelta a las aulas informasen en caso de síntomas de covid-19 en sus hijos y las aulas son desinfectadas mediante el uso de luz ultravioleta.

Margarital del Val, viróloga investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, "los chinos están muy entrenados para controlar epidemias, tiene una cada año o cada dos, como es el caso de la reciente gripe aviar, por eso, reaccionaron rapidísimamente manteniendo a la población encerrada en sus casas".

Del Val recuerda que no solo mantuvieron "aislado al país sino que aún bloquean la entrada incluso para los propios ciudadanos chinos".

Luis Enjuanes, trabajador en el Centro Superior de Investigaciones Científicas y director del Laboratorio de Coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología; "Creo que ellos han sido muy disciplinados" además de que el Gobierno hizo buen trabajo asesorándose con comités científicos, lo que permitió bajar los niveles de la infección".

Un año después de que empezasen a registrarse los primeros casos de una enfermedad desconocida, China celebra el regreso a la normalidad sin poder evitar las sospechas sobre el origen de un virus del que parece haberse liberado antes que nadie. Para los expertos españoles Del Val y Enjuanes, no hay ninguna duda de que el origen del SARS-CoV-2 está en la naturaleza y no en un laboratorio secreto como se ha llegado a afirmar, y concluyen, "nadie tiene el conocimiento científico suficiente como para haberlo creado".

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