jueves. 28.03.2024

En medio de lo que ya es una tercera ola de contagios en España y con la pandemia en pleno apogeo. Australia ha conseguid un hecho que se pensaba imposible, un hecho que muchos tildan de milagroso. Australia esta semana ha conseguido tener un total de cero nuevos casos positivos a lo largo de todo su territorio. Actualmente el país oceánico registra menos de 200 casos activos en todo el territorio. Durante la primera ola de contagios el país experimentó más de 503 casos diarios, pero lo cierto es que desde el mes de septiembre no se detectan más de 40 casos diarios.

Pero, ¿qué es realmente lo que está haciendo Australia para conseguir tales datos tan positivos? Son numerosas las medidas que han sido fundamentales para mantener tales positivos datos, pero sin duda alguna la primera y más clara ha sido el cierre total de las fronteras. Fronteras que aún no se han vuelto a abrir. Además, cualquier viajero que consiga entrar en el país, deben aguantar 14 días de cuarentena en un hotel aislado, sin importar las PCR negativas de los visitantes.

En una entrevista telefónica, Gonzalo A., periodista español que vive desde hace años en Australia  habló sobre las medidas para aquellos que lleguen al país: "Cuando empezó la pandemia el Estado te pagaba el hotel, pero a los dos o tres meses ya se lo tenía que pagar uno mismo. En total, 3.000 dólares australianos (casi 2.000 euros) por persona por pasar dos semanas en un hotel que las autoridades eligen y 5.000 dólares (3.2000 euros) por una pareja con un hijo". El propio periodista confirma lo importante que fue el cierre de fronteras:  "El cierre de fronteras fue fundamental porque evitó que entrase el virus de fuera y se concentraron en atajar el virus desde dentro".

Una de las cosas que más destacan es la velocidad de tomar decisiones por parte del gobierno australiano, pues no se esperó a que la situación se agravase en demasía para tomar cartas en el asunto con estas medidas tan restrictivas, hasta tal punto que con el primer brote la población fue confinada sin miramiento alguno. El último caso de grandes números superado ha sido un brote de 97 contagios a mediados de diciembre que hizo confinar a 25.000 habitantes en Sidney durante unas dos semanas.

"El sistema de rastreo es muy efectivo. Aquí el virus solo se ha ido de control en el estado de Victoria hace un par de meses y cerraron sin contemplaciones hasta que erradicaron el virus. Luego, poco a poco, fueron abriendo", asegura el periodista español. Un reflejo de la maravillosa gestión del país es el estado de Queensland, donde llevan diez días sin reportar casos nuevos de contagio tras aislar a los 2,8 millones de habitantes de Brisbane, la tercera ciudad más poblada de todo el país, a raíz de un brote en una trabajadora de un centro diese positivo de una nueva cepa altamente contagiosa.

El trabajo de los rastreadores tras cada positivo para encontrar a las personas que pudieran tener contacto con el contagiado es exhaustivo y minucioso. Ningún caso se queda sin investigar y confinar a todos los contactos. En cuanto a las reducciones de movilidad entre estados, también han estado altamente prohibidos, aunque han empezado a medirse con menos rigurosidad y dureza. 

Según señala Gonzalo A.: "Australia ha seguido muchas de las medidas que se han llevado a cabo en Asia y se les ha hecho muchísimo caso a los científicos desde el principio. Tampoco se ha politizado demasiado las decisiones que se han ido tomando. Ha habido mucho más consenso que en España. Todos han remado en la misma dirección, salvo algunas excepciones, y eso ha facilitado mucho las cosas".

Los test PCR totalmente gratuitos también han servido de una gran ayuda para que la situación sea tan idílica. "Es el Gobierno el que ha pedido a la población que con cualquier síntoma, por poco que fuera, fueran a hacerse un test", cuenta el periodista. En Australia poco a poco se acercan a la vida que una vez vivíamos:  "Hay que llevar mascarilla, por su puesto, en lugares cerrados pero no es por ley, sino que cada uno decide llevarla porque quiere. Hay pocos sitios donde te obligan a ponértela", asegura Gonzalo A.

"Lo único malo es que es muy difícil salir del país, necesitamos un permiso especial, y desconozco, por ejemplo, si a mí me lo darían. En todo caso, a la vuelta tendría que quedarme en el hotel 14 días sin salir con mi mujer y mi hijo, de un año, y encima pagar 5.000 dólares", lamenta el periodista ante la dificultad de viajar al exterior. 

Estos datos tan positivos llegan sin aún haber comenzado la campaña de vacunación que inmunizara a la población ante el virus de manera rápida y eficaz. Su objetivo es empezar en febrero, inoculando uatro millones de dosis en dos meses. Mientras el país se encuentra, por ahora, a salvo de este virus que ha puesto patas arriba a todo el planeta.

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