miércoles. 24.04.2024

Autoprocalamada mujer de izquierda, feminista y humanista. Estos adjetivos podrían hacer las veces de carta de presentación para Anne Hidalgo. La líder socialista ha logrado revalidar su puesto como alcaldesa de París, con la firme convicción de trabajar en su proyecto de "ciudad más amable donde se pueda respirar mejor”.

La alianza entre socialistas, verdes y comunistas prolonga su liderazgo en la capital francesa durante seis años más. Una proyección ecologista para el horizonte parisino que se afianza con el proyecto de Hidalgo. 

Gaditana de nacimiento, vive en Francia desde que sus padres emigraron a Lyon cuando ella tenía solo dos años, presume de moverse en metro para ir a trabajar y ha hecho de la ecología una de sus prioridades. Los errores de sus rivales en la campaña electoral y el éxito del voto verde, ampliado tras la pandemia, han reforzado la figura de una política que hace tiempo que se ha convertido en la bestia negra de muchos conductores pese a que solo uno de cada 10 parisinos coge el coche a diario para ir a trabajar.

Su promesa estrella para el nuevo mandato, "La ciudad de un cuarto de hora", es analizada con esperanza por los gestores que en otras ciudades intentan apostar también por modelos más sostenibles. El ambicioso objetivo de este programa es que en París nadie tarde más de un cuarto de hora en ir al trabajo o a la escuela.

Para conseguirlo, o al menos intentarlo, se pretende anteponer la bicicleta a los vehículos contaminantes y las zonas verdes a las plazas de aparcamiento. Para el arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Matilla, la filosofía a copiar de la capital francesa es que las ciudades no deben apostar por grandes transformaciones sino diseñar cambios que sean funcionales. “El mensaje que transmite París es que para modificar el funcionamiento hay que cambiar el alma”, resume.

Doctorada en Derecho y admiradora de Jean Paul Sartre, Hidalgo entró en el Ayuntamiento en el 2001 como primera teniente alcalde de Bertrand Delanoë, al que acabó sucediendo en el 2014. Al poco de convertirse en alcaldesa ya dejó claras sus intenciones. “París puede funcionar sin coches”, afirmó en una entrevista en 2015. Un deseo que se concretó en una primera decisión que ahora puede considerarse normal pero que hace un lustro sorprendió y mucho al institucionalizar los domingos sin coches en las calles próximas a la Torre Eiffel y los Campos Elíseos.

Desde entonces ha ido implementando medidas para que los peatones y la bicicleta vayan ganando espacio al vehículo privado. Pero no todas las decisiones han sido fáciles ni exentas de polémica. La peatonalización del margen derecho del Sena acabó en los tribunales y su número dos en el Ayuntamiento, Bruno Julliard, dimitió acusándola de ser una política arrogante y una gestora ineficaz. La imagen de una alcaldesa poco dada a escuchar quedó plasmada en el libro ‘Notre Drame de Paris’ (Nuestro Drama de París), escrito por los periodistas Airy Routier y Nadia Le Brun. 

Pero dos años después de la polémica suscitada por la renuncia del que era su mano derecha, Hidalgo no solo ha revalidado la victoria en las urnas sino que encara el nuevo mandato tras haber conseguido casi el 50% de los votos. La exministra conservadora Rachida Dati, obtuvo un 31% de los votos mientras que la exministra macronista Agnès Buzyn se quedó en solo un 14 %. 

El investigador y director del programa Ciudades Globales del CIDOB, Agustí Fernández de Losada, señala que no hay un solo factor que explique su éxito en estas elecciones pero que una de las claves es que Hidalgo no solo ha sabido utilizar la retórica para los mítines y las entrevistas sino que la ha sabido traducir en acciones concretas. Fernández de Losada recuerda que la alcaldesa de París presidió la Red mundial de Ciudades por el Clima el C40 y utilizó esa organización para liderar una visión diferente de cómo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a partir de políticas más sostenibles.

El triunfo de la alcaldesa que lucha por un París exento de coches