miércoles. 24.04.2024

Una mañana normal y corriente de abril, el profesor Jeremy Uhrich vio algo inusual: su amigo Scott McKenzie regalando galletas caseras de chocolate.  "Trabajo en una pequeña universidad aquí en Huntingdon y me dieron permiso para volver en abril", dice McKenzie, de 58 años. "Así que en vez de sentarme y sentir lástima por mí mismo, me dije que iba a aprender algo nuevo cada semana".

"Nunca antes había hecho galletas desde cero, pero las hice por primera vez y ¡no estaban tan mal! Así que como todos en mi generación, tuve que presumir de lo que hice en Facebook, y Jeremy puso en Facebook que había hecho galletas el mismo día y apostó que las suyas eran mejores que las mías." continúa.

Uhrich, de 42 años, desafió a su amigo a un concurso para ver quién hacía más galletas. McKenzie aceptó y propuso que de los médicos que luchan contra el COVID-19 en Huntington fueran los jueces. Esto surgió como una muestra espontánea de agradecimiento por su esfuerzo durante la pandemia.

"Sólo queríamos que esta gente supiera que nos preocupamos por ellos, reconocemos su trabajo y no nos olvidamos de lo que hacen", comenta Uhrich.  "Esta es sólo nuestra pequeña forma de decir gracias y mostrar gratitud por lo que han estado haciendo y continúan haciendo durante la pandemia".

Los dos amigos crearon "Cookies for Caregivers", un grupo de Facebook donde otros ciudadanos de la localidad podían ofrecerse como voluntarios para hacer galletas caseras. Desde abril, más de 100 panaderos se han unido al grupo, horneando y entregando más de 15.100 galletas, pasteles, etc.  a los trabajadores de los hospitales locales, tiendas de comestibles y bomberos.

Cada semana, McKenzie y Uhrich apuntan una lista de trabajadores a los que les vendría bien un dulce estimulante, o cualquiera de los voluntarios del grupo. Los panaderos dejan las galletas en la casa de Uhrich, luego él y McKenzie las organizan y las entregan a los negocios en persona..

"Hemos visto muchas sonrisas y lágrimas durante las entregas, la gente está muy agradecida", dice Uhrich. También se están llevando las galletas para los cuidadores: El padre de Jeremy, Jerry, se inspiró para iniciar su propio grupo en Hershey, Pennsylvania. "Ha sido una gran manera de mantener mi mente alejada de la pandemia y hacer algo por los demás", dice Jerry. "¡A todos les gusta una galleta y a todos les gusta un amigo!"

Uhrich también reclutó a sus hijos Finley, de 9 años, y Max, de 6, para ayudar. "Es una buena oportunidad para enseñar a los niños lo que estamos experimentando y por qué estamos haciendo esto, por qué es importante mostrar gratitud a las personas de nuestra comunidad que tienen que ser valientes, levantarse, ir a trabajar y luchar contra este virus todos los días".

McKenzie comenta que planean continuar el esfuerzo durante todo el tiempo que puedan. "No hay suficiente gente a la que agradecer", dice. "La amabilidad no tiene fecha de caducidad".

Dos amigos crean una iniciativa para llevar postres caseros a los que luchan en primera...