viernes. 19.04.2024

cambio-climatico-66732Benito de la Morena / Academia Iberoamericana de La Rábida. Desde hace tiempo y en estas mismas páginas, venimos diciendo que los efectos del cambio climático no se deben contemplar solo en sus aspectos negativos. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático, en su último informe indica que en las latitudes más altas el cambio tendrá impactos positivos, pues allá donde había nieve, se cubrirá de cultivos; que en las zonas de deshielo polar se abrirán caminos y hará posible la extracción de valiosos recursos; que se está intensificando  la inversión en la compra  de tierras con acuíferos, áreas de minerales y reservas energéticas, etc., pero  ¿Significa eso que el efecto sea positivo y que no debamos controlar las emisiones y otros efectos perniciosos que degradan la calidad de vida y ambiental del Planeta?

Es evidente que hay dos cosas separadas, una lo que supondrá para el Planeta en cambio climático que se avecina y que, a mi entender, será simplemente uno de los numeroso cambios climáticos que la Tierra ha experimentado en sus 4500 millones de años de existencia. El otro efecto será para los seres vivos de todo tipo, y eso si que no está en manos de los humanos el remediarlo, sino en nuestra adaptación al medio natural que se vaya produciendo, al igual que lo harán el resto de animales y vegetales.

Es evidentemente que deberemos seguir intentando que la calidad de vida no se deteriore y que la convivencia ambiental sea una prioridad, pero sin perder el referente de hasta donde podremos llegar, pues tan malo es el fanatismo conservador, como el fanatismo ambientalista, aunque ellos desde su “extremo” no lo perciban, pues la razón y la inteligencia debe prevalecer siempre por encima del radicalismo. Pero ello no significa eso que no debamos intentar mejorar la calidad de vida y ambiental del Planeta, pero quizás debamos pensar que…

¡La respuesta está en usted!

Mientras tanto, desde la Ciencia y la Tecnología tenemos suficientes medios para promover medidas que disminuyan los efectos contaminantes sin mermar la producción. Sabemos e intentamos publicitar medidas educativas que cambien hábitos que conducen al consumismo desenfrenado. Intentamos orientarnos hacia una dirección conservadora que garantice la supervivencia de nuestra especie y también que permita la convivencia con las otras especies que habitan nuestro Planeta, pero lo que no somos capaces de controlar, al menos  en este momento, es la imparable agresividad de la ambición humana que conlleva el intento de convertir en “plano” lo que debería ser una evolución progresiva del nuestra capacidad de razonar.

La anulación de nuestro pensamiento por gentes y sistemas ambiciosos de “poder” es un intento que se viene produciendo desde que el ser humano existe, es su manera de demostrar que somos depredadores y eso, quizás, sea algo tan genético que lo tengan dentro incluso los pacifistas más destacados, pero que usan la violencia para dirimir sus diferencias, argumentando que el “otro” es agresivo. Creo que eso va innato en nuestra especie y sin distinción de género.

¿Cómo retomar la senda hacia un comportamiento equilibrado que permita la recuperación? Primero deberemos saber qué es lo que queremos recuperar, ¿la calidad de vida?, ¿el medio ambiente?, ¿el Planeta?  Yo diría que todo está interrelacionado, si es así ¡perfecto!, entonces ¿dónde está el problema?

¡La respuesta está, nuevamente, en usted!

¿Hasta dónde está dispuesto a sacrificar para que su vida esté en una sintonía diferente y compatible con el medio natural al que pertenece?

¿Cuándo se dará cuenta que su vida es una milésima de segundo en la vida del Universo?

¿Cuándo comprenderá que su “poder” solo se limita al plano terrestre y que el esfuerzo por conseguirlo le impide “vivir”?

Pienso que nuestra capacidad de razonamiento es tan limitada que imposibilita razonamientos tan simples como el que hace mi perro, que se cobija en la sombra cuando hace calor y busca el Sol cuando hace frio. A veces me cuesta trabajo entender que el animal sea él y no yo. En cualquier caso el próximo día 5 de junio, Día Mundial de Medio Ambiente, podremos volver a “limpiar” nuestras conciencias, con actos, chascarrillos y palabras grandilocuentes.

Medidas paliativas ante el “Cambio” que viene