Las mujeres han asistido por primera vez desde la Revolución Islámica de 1979 a un partido de fútbol en Teherán. Ha ocurrido en el partido que enfrentaba a Irán contra Camboya, en el partido clasificatorio para el Mundial de Catar de 2022.
A pesar de este avance a nivel social, el acceso no ha sido del todo libre ya que solo se concedieron un total de 4.000 entradas para las mujeres y estuvieron recluidas en gradas independientes con mujeres policías y sanitarias.
El régimen asentado en Irán ha aplicado duras normas como dicha prohibición o que las mujeres no puedan acreditarse como fotógrafas en los partidos. Estos hechos han dado lugar a un activismo que ha derivado en algunas ocasiones en tragedia, como cuando el mes pasado una mujer se prendió fuego tras ser condenada por saltarse las leyes.
