Alvaro Sánchez. El Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada ha presentado los datos regionales de su quinta edición del Índice de Excelencia Hospitalaria y corrobora la posición de liderazgo y privilegio del Hospital Reina Sofía de Córdoba dentro de las de las ciudades medias, considerando como tales a las de población inferior a 400.000 habitantes
Si hace una semanas era el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS) el que situaba al hospital público cordobés en una posición protagonista, incluido dentro de los 16 mejores centros del país y solo superado por 7 hospitales de Madrid, 3 de Barcelona, 2 de Sevilla, 1 de Valencia y 1 de Murcia, en esta ocasión, el Indice de Excelencia Sanitaria, en el ámbito regional, vuelve a situarlo por delante del Hospital Regional Universitario de Málaga.
Y es que el hospital cordobés viene estando, según informó el MRS en su ranking nacional, por delante de centros hospitalarios de referencia de importantes capitales como Bilbao, Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria o Palma de Mallorca.
En cuanto al IEH 2019, el Hospital Virgen del Rocío repite, por quinto año consecutivo, como mejor hospital de Andalucía, aunque en esta edición se ha quedado fuera de los 10 mejores hospitales españoles del IEH 2019.
El Hospital Universitario Virgen de la Macarena, de Sevilla, ocupa la segunda posición, mientras que el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, es tercero.
“Podemos sentirnos orgullosos de que España, el tercer país del mundo con la esperanza de vida más alta (83,3 años), con una de las tasas de mortalidad por causas evitables y tratables más bajas, cuente con uno de los sistemas de mayor calidad y más eficientes del mundo”, afirma Jesús Sánchez Lambás, vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas.
“Sin embargo, y a pesar de que la desigualdad social en materia sanitaria es menos acuciada que en muchos países y de que contamos con un sistema autonómico en el que cada Comunidad Autónoma presenta unas particularidades y necesidades concretas, necesitamos un sistema cohesionado que sea capaz de dar respuesta, primando intereses sanitarios a políticos e ideológicos, a retos compartidos como las listas de espera, la sostenibilidad del propio sistema o el acceso en igualdad a los avances tecnológicos y las innovaciones terapéuticas”, señala Sánchez Lambás.